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Acusó a los terroristas del EI de querer acabar “con la vida humana y las minorías” para lo que emplean “la destrucción sistemática de un patrimonio milenario de la humanidad”.
“No podemos permanecer en silencio. La destrucción deliberada del patrimonio cultural constituye un crimen de guerra. Hago un llamamiento a todos los responsables políticos y religiosos de la región a alzarse contra este nuevo acto de barbarie”.
Después de que el mes pasado el grupo EI destruyera de manera sistemática los tesoros de Mosul y prendiera fuego a una valiosa biblioteca, los yihadistas comenzaron el jueves a destruir con excavadoras las ruinas asirias de Nimrud, informó el ministerio iraquí de Turismo.
“Las poblaciones locales todavía tienen un papel que jugar y este es el último bastión”, dijo la responsable de la Unesco.
La experta mencionó la ocasión en que los habitantes de Mosul formaron una cadena humana el pasado verano, con el objetivo de impedir que los yihadistas destruyeran un minarete del siglo XII.
Esta edificación conocida como “el jorobado” fue protegida por la gente, después de que el grupo radical hubiera destruido el 24 de julio la tumba del profeta Jonás, un símbolo para las tres religiones monoteístas.
Nimrud, fundada en el siglo XIII antes de Cristo, es considerada la segunda ciudad del Imperio Asirio.