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“La continuidad de las obras está de acuerdo con la decisión del presidente del tribunal federal de Brasilia, Mario Cesar Ribeiro”, informó Norte Energía en un comunicado.
Un juez de ese tribunal ordenó el viernes la paralización de las obras y canceló su permiso ambiental por considerar que la constructora no había respetado sus compromisos socioambientales.
Pero justo cuando Belo Monte estaba preparando la paralización de los 20.000 trabajadores que la construyen para obedecer el fallo, el presidente del tribunal desautorizó al juez, al afirmar que la decisión tiene que ser tomada por una corte especial.
La represa de Belo Monte, que se construye a un costo de casi 13.000 millones de dólares a orillas del río Xingú, en el estado de Pará (norte), está destinada a ser la tercera mayor del mundo, por detrás de la binacional brasileño-paraguaya Itaipú y la de Tres Gargantas en China.
Belo Monte debe proporcionar cuando esté en plena operación 11.233 MW, el 11% de la capacidad energética instalada del país.
Indígenas y grupos ecologistas denuncian su gran impacto socioambiental y se oponen a la obra.