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ABU DABI (EFE). En Emiratos Árabes Unidos (EAU), país situado en la cuna del Islam, existe una comunidad cristiana cada vez más numerosa que crece con millones de extranjeros que residen y trabajan en los siete emiratos que integran la federación, una iglesia de inmigrantes y multicultural desconocida para muchos.
Antes de emprender el viaje a Emiratos, Francisco pidió “favorecer con urgencia el cumplimiento de los acuerdos alcanzados” para una tregua en la ciudad portuaria de Hodeida, en Yemen, crucial para el acceso de ayuda humanitaria.
La guerra en Yemen opone a las fuerzas progubernamentales, apoyadas en el terreno desde 2015 por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, con los rebeldes hutíes chiitas (una rama del islam), respaldados por Irán y que controlan amplias zonas del país, incluyendo la capital Saná.
La primera visita de Francisco a EAU puede llamar la atención sobre la existencia de la comunidad católica, integrada principalmente por filipinos e indios.
Los responsables de la federación no han dejado de insistir en el tema del terrorismo, en particular por el encuentro previsto entre el líder de la iglesia Católica y el imán Al Azhar, la principal institución del islam sunita que se halla en El Cairo, el jeque Ahmed al Tayeb.
Al contrario que su vecino saudita, que prohíbe la práctica de otras religiones que no sean el islam, Emiratos Árabes Unidos quiere proyectar una imagen de país tolerante.
No obstante, las autoridades controlan las prácticas religiosas y reprimen la contestación política o la explotación de la religión, incluso por los adeptos de un islam político, encarnado por los Hermanos musulmanes.
El ministro de Estado emiratí de Exteriores, Anwar Gargash, aludió a ello en un tuit en el que critica a Catar, boicoteado por su país y tres de sus aliados, que lo acusan de apoyar a islamistas radicales, lo que Doha desmiente.
El ministro subrayó la diferencia entre el “muftí del terrorismo”, en referencia al religioso Yusef al Qardaui, considerado jefe espiritual de los Hermanos Musulmanes, que es protegido por Catar, y su país, que acoge a uno de los símbolos de “tolerancia y amor” que son el papa Francisco y el imán de Al Azhar. Un muftí es un jurisconsulto musulmán con autoridad pública, cuyas decisiones son consideradas como leyes, según define la Real Academia Española.
La organización Amnistía Internacional (AI) pidió al papa que ponga sobre la mesa la cuestión del respeto de los derechos humanos.
Relaciones con Vaticano
Kuwait fue el primer país de la región en formalizar sus relaciones con el Vaticano, en 1968. Yemen lo hizo en 1998, Bahréin, en 2000, Catar, en 2002 y Emiratos Árabes Unidos, en 2007. Arabia Saudita y Omán todavía no lo han hecho formalmente.
En 2017 Arabia Saudita, que alberga los lugares santos del islam de La Meca y Medina, recibió a representantes de varias tradiciones cristianas, en un gesto del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán para mostrar señales de apertura de su reino, ultraconservador.