Safiyo Ahmed Jumale fue sepultada hasta el cuello, con los ojos vendados, mientras una multitud de hombres con el rostro cubierto le lanzaba piedras.
“La mujer estaba casada con cuatro hombres. Lo confesó”, gritaba a la multitud el juez del tribunal islámico. “La interrogué cuando estaba en prisión”, dijo el hombre.
En los territorios sometidos por los extremistas musulmanes, se producen numerosas lapidaciones, generalmente por supuesto adulterio.
Somalia ya ha causado conmoción por otros casos de lapidaciones semejantes.
Pero la que más horrorizó fue la de una niña de 13 años que, según denunciaron grupos de defensa de los derechos humanos, había sido violada por un grupo de miembros de los propios fundamentalistas.
La pequeña fue condenada por el mismo verdugo que le causó el horror que sufrió.
