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CARACAS (AFP). En sesión ordinaria, la mayoría opositora aceptó el pedido de los tres legisladores de ser desvinculados, acorralada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que declaró el lunes nulos los actos del Parlamento mientras siguieran dentro esos diputados.
“En el trance de quebrarse o doblarse, más valía esto que hicieron los diputados para preservar la institución (...) A veces son necesarias treguas, porque hay que sacrificar partes para salvar el todo”, dijo el presidente legislativo, Henry Ramos Allup, moderando el tono desafiante que mantuvo desde que se instaló el 5 de enero la nueva Asamblea Nacional.
Ramos Allup consideró que, ante la posibilidad de que la cámara quedara “trabada”, la oposición debió dar marcha atrás y “acatar” un fallo del TSJ que en diciembre suspendió provisionalmente la elección del estado Amazonas –donde ganaron esos tres opositores y un chavista– impugnados por el oficialismo por presunto fraude.
“Tuvo que recular la directiva, asume la competencia del TSJ. Nos da satisfacción y tranquilidad, en un nuevo round se impuso la minoría, que se va a imponer cada vez que tenga la razón, con la ley en la mano”, declaró el diputado Diosdado Cabello, número dos del chavismo.
La decisión ocurre días antes de que venza el plazo para que Maduro presente su informe anual de labores ante el parlamento. Ya el Gobierno había iniciado consultas en el TSJ para saber si podía hacerlo ante el Poder Judicial, si el Legislativo seguía “en desacato”.
“Vamos a garantizar que se le escuche con respeto (...) No nos interesa ninguna guerra ni ninguna confrontación”, dijo Ramos Allup, un veterano político considerado de los más radicales antichavistas de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Maduro prevé presentar un decreto de emergencia para encarar la grave crisis económica, reflejada en una inflación superior al 200% –según cálculos privados– y una severa escasez de productos básicos que provoca largas filas en los supermercados.
El politólogo Ricardo Sucre sostiene que el enfrentamiento debe derivar en una relación que, aunque “conflictiva”, evite paralizar el país caribeño.