Oposición cubana tiene esperanza de que visita de Obama ayude a democratización

Organizaciones opositoras de Cuba, agrupadas en la Mesa de Acción Democrática, expresaron ayer su deseo de que la visita del presidente Barack Obama a la isla contribuya a la democratización del país, que lleva más de medio siglo de una dictadura comunista que persigue a todo el que se manifiesta contra “la revolución”.

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LA HABANA (EFE). La Mesa de Acción Democrática (MUAD), creada hace un año, aglutina a 45 grupos opositores y activistas independientes, entre los que destacan la Unión Patriótica (Unpacu), liderada por el expreso político José Daniel Ferrer; el Frente Antitotalitario Unido, del disidente Guillermo Fariñas, o el partido Arco Progresista, encabezado por el opositor Manuel Cuesta Morua.

El grupo considera que la próxima visita de Obama, del 20 al 22 de marzo, es “otro paso adelante” en la normalización plena de relaciones de EE.UU. no solo con el Gobierno de Cuba, sino “sobre todo con sus ciudadanos”.

“Creemos importante aprovechar esta oportunidad para avanzar en nuestro empeño por conseguir la democratización de la sociedad cubana y de su sistema político y la maduración de un proyecto de país inclusivo, tolerante y plural”, señala la declaración firmada ayer en La Habana.

Sobre el encuentro que el presidente mantendrá el próximo martes 22 con disidentes y representantes de la sociedad civil independiente, expresaron su deseo de que fortalezca la “legitimación de todos los activistas prodemocráticos”.

También de que “estimule a otros interlocutores internacionales al diálogo y reconocimiento público de la pluralidad de actores políticos y cívicos” dentro de Cuba.

Aunque admiten que el restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE.UU., anunciado el 17 de diciembre de 2014 generó “controversias” en las organizaciones de dentro y fuera de Cuba que integran la MUAD; esas diferencias de opinión expresan el “juego de oportunidades y desafíos que se abre para todos los cubanos”.

“Es también una oportunidad para que la clase política gobernante cubana entienda que ya no hay espacio para la filosofía de ‘fortaleza sitiada’, la cual califica a todo disidente como un traidor, ni para el mantenimiento del régimen político excluyente, discriminatorio y autoritario”.

Por ello esperan que los futuros avances en la relación con Estados Unidos. sirvan para promover el “debate entre cubanos” y un “cambio radical” en el Gobierno en temas como el reconocimiento de un Estado de derecho y el disfrute de libertades fundamentales.

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