Obispos de EE.UU. harán cambios para no repetir encubrimiento de abusos

La Conferencia Episcopal de Estados Unidos remarcó ayer, sobre los casos reiterados de pederastia encubiertos por la jerarquía católica, que se “requiere no solo la conversión espiritual, sino también cambios prácticos para evitar repetir los pecados y fracasos del pasado”.

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CIUDAD DEL VATICANO (ANSA). El cardenal Daniele N. Di Nardo, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, habló de la “crisis espiritual” y la “catástrofe moral” en el seno de la Iglesia, que hay que corregir para evitar nuevos casos de abusos sexuales.

Las afirmaciones aparecen en una declaración formulada después de reunirse con miembros del Comité Ejecutivo del episcopado, a raíz de las denuncias sobre los numerosos casos de abusos en Pensilvania. 

Se trata de un programa desarrollado para combatir los abusos, que será presentado a todos los obispos en su Asamblea General, en noviembre.

“Nos enfrentamos a una crisis espiritual que requiere, no solo la conversión espiritual, sino también cambios prácticos para evitar repetir los pecados y fracasos del pasado que son tan evidentes en el informe reciente”, indicó DiNardo.

Los obispos acordaron, como primer punto, invitar al Vaticano a abordar esta cuestión junto con un grupo de laicos.

El segundo objetivo es la apertura de canales nuevos y confidenciales para reportar denuncias contra los obispos; y en tercer lugar establecer como objetivo el abogar por una resolución más efectiva de las denuncias futuras.

Leyes más severas

La exhaustiva investigación que reveló que 300 curas católicos abusaron al menos de 1.000 menores en Pensilvania, en los últimos 70 años, aumenta la presión en EE.UU. para endurecer las leyes y aplicarlas a los líderes de la Iglesia que encubrieron estos crímenes.

Los casos de pederastia en Pensilvania “está en los miles”. Pero la mayoría de los crímenes prescribieron. 

Para evitar nuevos abusos, el informe recomienda endurecer las leyes para obligar al liderazgo de la Iglesia a reportar los crímenes, eliminar el límite de tiempo máximo para denunciar todos los casos de abuso sexual de un menor y alargar el plazo para que las víctimas puedan exigir indemnizaciones.

La llamada “Carta de Dallas”, aprobada por los obispos católicos estadounidenses en 2002 tras el estallido del escándalo de abuso sexual en Boston, fue un avance para intentar disciplinar a los abusadores. Pero solo se aplica a los sacerdotes, no a los obispos.

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