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Altos funcionarios de la Casa Blanca y un grupo de senadores de ambos partidos han estado trabajando, por separado, en sendas propuestas de ley para impulsar una reforma migratoria que resuelva la situación de los 11 millones de indocumentados en el país, según el rotativo, que cita fuentes oficiales.
Obama y los demócratas del Senado se opondrán a cualquier medida que no permita a aquellos inmigrantes que consigan un estatus legal convertirse eventualmente en ciudadanos estadounidenses, de acuerdo con las fuentes.
Además, el Mandatario propondrá los cambios en una sola ley integral, oponiéndose a la propuesta de varios legisladores republicanos, como el senador Marco Rubio, que piden dividir la legislación en partes más pequeñas que aborden por separado temas como los jóvenes indocumentados o los inmigrantes cualificados.
Obama prevé anunciar las líneas maestras de su plan en las próximas semanas, quizás en su discurso anual sobre el “Estado de la Unión” ante el Congreso el 12 de febrero, indicó el diario.
El presidente estadounidense argumentará que su plan para los inmigrantes indocumentados no es una amnistía, porque incluiría multas, el pago de impuestos pendientes y otros obstáculos para los inmigrantes ilegales que obtendrían estatus legal.
Su plan también impondrá el requisito de verificar, a nivel nacional el estatus legal de todos los nuevos contratados, probablemente a través de programas similares a E-Verify que ya aplican muchos estados.
Asimismo, ampliará el número de visados que pueden otorgarse para permitir que los inmigrantes altamente cualificados puedan permanecer en el país, y creará un programa de trabajadores visitantes que atraiga a empleados que acepten bajos salarios, según el rotativo.