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“Al menos media docena de personas murieron y dos o tres fueron heridas”, manifestó la jefa de la policía de Santa Mónica (oeste de Los Ángeles), Jacqueline Seabrooks.
Según las autoridades, el sospechoso, que vestía un chaleco antibalas, prendió fuego en una casa que de inmediato se incendió, antes de iniciar el tiroteo con una serie de disparos al azar, a poca distancia de donde el presidente estadounidense Barack Obama participaba en un acto para recaudar fondos.
Un testigo describió cómo el sospechoso, un hombre blanco de entre 25 y 30 años, que llevaba un cinturón para balas y un fusil de asalto semiautomático, disparó contra un motorista a quemarropa antes de robar un vehículo.
Otro sospechoso relacionado con el caso fue detenido después del tiroteo. Este tiroteo es el último de una larga serie registrada el año pasado –como el de la escuela de Newtown, donde murieron 20 niños–, que activó un encendido debate sobre el control de armas en el país.