Nombres de pueblos en México rebasan umbral del buen gusto

CIUDAD DE MÉXICO (ANSA). Los nombres pintorescos o exóticos en la toponimia de ciudades, poblados y aldeas de México proliferan y en algunos casos rebasan el umbral del buen gusto para convertirse en verdaderos estigmas para sus pobladores.

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El país, donde es común encontrar denominaciones indígenas en pueblos y villas rurales y urbanas, también tiene lugares bautizados en épocas recientes con inusitadas denominaciones.

Por ejemplo, hay una localidad llamada “La Chingada”, en el estado central de Guanajuato, palabra que es un insulto de alto calibre, y responde también a la expresión popular “vivo hasta casa de la Chingada”, es decir, en un lugar muy lejano.

Similar es el caso de la localidad “El Chingadazo”, expresión que significa algo así como “un golpe fuerte” en el lenguaje coloquial.

En la misma provincia está otro lugar llamado “La Nalga de Ventura” y otro en el estado sureño de Veracruz llamado “Está Cabrón”.

En el estado sureño de Michoacán existen los pueblos llamados “La Verija” (expresión vulgar para referirse a la vagina) o “Las Tetillas”.

Menos vulgares pero igual de inusuales son los nombres adoptados por emigrantes que suelen regresar con frecuencia a su lugar de origen.

Es el caso de “Nuevo Hawai”, “Rancho Little Joe”, “The Flower Games” o “San Antonio Texas”.

México no es el único país que tiene ciudades y pueblos con nombres antiestéticos o vulgares. Sin embargo, no pocas veces la gente es objeto de hostilidad y discriminación por el nombre del lugar donde nació y suelen surgir de vez en cuando movimientos para rebautizar sus pueblos de origen.

A veces, sin embargo, prefieren dejarlo como está porque los trámites para este cambio suelen ser engorrosos e incluyen solicitudes formales al Congreso, que a su vez lo aprueba tras un laberíntico proceso burocrático, previa consulta popular.

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