Nobel de la Paz 2018 reconoce a dos luchadores contra la violencia sexual

El Premio Nobel de la Paz fue atribuido al médico congoleño Denis Mukwege y a la yazidí exesclava sexual del grupo terrorista Estado Islámico (EI) Nadia Murad, dos héroes de la lucha contra la violencia sexual utilizada como “arma de guerra” en los conflictos.

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OSLO (AFP). Denis Mukwege (63), ginecólogo, y Nadia Murad (25), víctima y convertida en portavoz de la causa de las mujeres y de su pueblo, encarnan un movimiento planetario que supera el marco de los conflictos, como evidencia la ola mundial #MeToo, desatada hace exactamente un año.

Murad y Mukwege fueron recompensados “por sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra”, indicó la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Ambos dedicaron su galardón a las mujeres víctimas de violencia sexual.

Reiss-Andersen puntualizó que “#MeToo y los crímenes de guerra no son lo mismo, pero tienen algo en común: es importante ver el sufrimiento de las mujeres, ver los abusos y permitir que las mujeres renuncien a la vergüenza y se atrevan a hablar”. 

“Este premio Nobel supone un reconocimiento del sufrimiento y de la falta de una reparación justa para las mujeres víctimas de violaciones en todos los países del mundo”, dijo Mukwege desde su hospital de Panzi, que fundó en 1999 en la de República Democrática del Congo (RDC) y donde ha tratado a unas 50.000 víctimas de violaciones, entre mujeres y niños.

Para este médico congoleño, las violencias sexuales son “armas de destrucción masiva”. 

La iraquí Nadia Murad, de la minoría religiosa yazidí, vivió en carne propia estos horrores.

Como miles de niñas y mujeres de su comunidad, la joven fue esclava sexual del grupo extremista Estado Islámico (EI) en 2014, antes de lograr huir.

“No me resultó fácil hablar de lo que me ocurrió porque no es fácil, especialmente para las mujeres en Oriente Medio decir que fuimos esclavas sexuales”, destacó Murad.

Embajadora de la ONU para la Dignidad de los Sobrevivientes de Trata de Personas desde 2016, Nadia Murad, cuya madre y seis hermanos fueron asesinados por el EI, milita para que las persecuciones cometidas contra yazidíes sean consideradas un genocidio.

La violación causa cientos de miles de víctimas en los conflictos o en las campañas de opresión de las minorías en todos los continentes, pero la toma de conciencia internacional está progresando.

La resolución 1820 de la ONU, adoptada en 2008, estipula que la violencia sexual “puede constituir un crimen de guerra, un crimen contra la humanidad o un elemento constitutivo de crimen de genocidio”.

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