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“La mortalidad global de los menores de cinco años se redujo un 53% estos últimos 25 años”, pero muchos países no llegaron a la cifra fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, según este estudio publicado en la revista británica The Lancet. América Latina y el Caribe alcanzaron el objetivo.
El número de niños que murieron antes de cumplir los cinco años pasó de los 12,7 millones en 1990 a 5,9 millones en 2015 (estimación), según un estudio estadístico realizado por miembros de la ONU, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Unicef.
“A nivel mundial, se han llevado a cabo notables avances para mejorar la supervivencia de los niños en estos últimos 25 años”, comentan los autores de este trabajo coordinado por Danzhen You, de Unicef.
El informe revela una “alentadora” tendencia en el este y sur del continente africano, donde 48 millones de menores más habrían muerto estos últimos 15 años, si la mortalidad infantil hubiera registrado los niveles del año 2000.
“Debemos reconocer que se han llevado a cabo progresos enormes a nivel global, especialmente desde el 2000”, reconoce en un comunicado la subdirectora general de Unicef, Geeta Rao Gupta, para quien, no obstante, “muchos niños siguen muriendo antes de cumplir cinco años por causas que podrían evitarse”.
Cifra alta aún
Unos 16.000 menores de cinco años mueren todavía cada día. En casi la mitad de los casos (45%), el fallecimiento se produce durante los primeros 28 días de vida, según los informes.
Las principales causas de la mortalidad infantil son el nacimiento prematuro, las complicaciones del parto y diversas afecciones, como la neumonía, la diarrea y el paludismo.
Con todo, “casi la mitad de las muertes está asociada a la malnutrición”, que debilita la resistencia de los menores enfermos, subraya Naciones Unidas.
“Sabemos cómo prevenir la mortalidad de los recién nacidos. Cuidados de calidad en el momento del nacimiento, entre ellos simples medidas como el contacto piel a piel con su madre, la lactancia exclusivamente materna y los cuidados para los menores pequeños y enfermos podrían salvar miles de vidas cada año”, comenta la doctora Flavia Bustreo, subdirectora general de la OMS.