Mons. Giménez reconoce que abusos sexuales dejaron malparada a la Iglesia

El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, monseñor Claudio Giménez, reconoció que los abusos sexuales que involucraron a algunos miembros de la jerarquía dejaron malparada a la Iglesia y que deberá seguir la tolerancia cero. Desea que el nuevo papa visite Paraguay, en ocasión del 25 aniversario de la canonización de San Roque González de Santa Cruz y compañeros.

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–¿Cómo tomó la renuncia de Benedicto XVI?

–Algunos cuestionaron, pero para la gran mayoría, de acuerdo a las informaciones que leí, su decisión fue positiva, porque supo reconocer con mucha humildad su situación y creyó oportuno que una persona con más energía, mejor salud y quizás con menos edad, enfrente los desafíos actuales del mundo y de la Iglesia.

–Teniendo en cuenta ese deseo de Benedicto XVI, ¿cuál sería el perfil del nuevo papa?

–Plantearía dos necesidades de la Iglesia. Uno se refiere a la comunión eclesial, no solo en el Vaticano, sino en el mundo. Aquí en Paraguay necesitamos de esa comunión. El que viene como papa debería esforzarse en ese sentido. En el evangelio de San Juan, el mismo Jesús, en su oración sacerdotal, pide al Padre que todos seamos uno, que haya una unidad eclesial.

El segundo se refiere a la nueva evangelización. Estuvimos un mes en Roma, cerca de 200 obispos, padres sinodales, y la preocupación en el mundo es por la nueva evangelización y es un desafío enorme.

–¿Esa preocupación significa que la Iglesia está perdiendo espacios ante el avance de otras religiones y sectas?

–Evidentemente que la nueva evangelización sería una gran respuesta a la migración a otras iglesias, y otras cosas más. Los católicos conocerían mejor el evangelio de Jesús. Habría una adhesión personal más profunda a Él, que es el fundador de nuestra Iglesia.

Habría mucho más interés de conocerle a través de Su palabra y seguir Sus pasos.

–¿Qué piensa del mundo o de los sectores que quieren un papa más progresista y una Iglesia menos conservadora?

–Todo es posible si no se deja de lado lo que quiere el Señor en su evangelio; de lo contrario, se estaría creando una Iglesia diferente a lo que quería Jesús.

–¿Eso significa que la Iglesia no renunciaría por ejemplo a la defensa de la vida y a sus sacramentos?

–Si se sale de lo que quiere Jesús en su evangelio estaríamos teniendo un populismo, que solo busca responder fácilmente a lo que quiere el mundo y no a lo que quiere Jesús.

–¿Qué respuesta entonces se daría a los separados, quienes se sienten católicos, pero al mismo tiempo marginados?

–Depende de la situación, de los casos. Los separados y vueltos a casar están contemplados en la pastoral de la Iglesia, ya desde el Concilio, y poco a poco se trata de sacar adelante.

No todo lo que está en el Concilio se ha puesto en práctica y cuesta aterrizar. La nueva evangelización globaliza las inquietudes que puedan surgir para que podamos tener una visión de conjunto.

La nueva evangelización es el anuncio renovado del evangelio en la sociedad secularizada, en una doble certeza, dijo el papa que se fue. Es un pensamiento fantástico. La primera certeza es que solo Jesucristo es la verdadera novedad que responde a las exigencias del hombre de hoy y de toda época. La segunda certeza es su mensaje que debe ser transmitido en modo adecuado a los contextos de cambios culturales y sociales. Es importantísima esta segunda parte y hay que discutirla a fondo.

–Con Benedicto hubo tolerancia cero con los abusos, pero algunos cayeron.

–Nosotros tenemos normas elaboradas y difícilmente se vuelvan a permitir. Volver al pasado sería un retroceso y error. La Iglesia quedó muy malparada y seguirá la tolerancia cero.

–Con el nuevo papa, ¿habría la posibilidad de rever el celibato, que sea opcional o que se cree una congregación de sacerdotes casados?

–No tengo ni la menor idea de lo que ocurrirá con respecto a tu pregunta. Habría que esperar quién será el nuevo papa para saber qué va a plantear. Ya veremos después qué pasa.

–Pero sin dudas que es un clamor de la Iglesia.

–Sí, de un buen sector.

–Con respecto a las mujeres, algunos cardenales quieren que tengan más protagonismo y que lleguen al sacerdocio.

–A mí no me consta esa visión. En el último sínodo de obispos no se habló de ese tema. Me gustaría que se plantee mejor el tema, porque si se llega a esa situación, se tendría otra Iglesia no fundada por Jesucristo.

–Pero pueden llegar al diaconado.

–Tampoco eso tenemos como institución. Se podría discutir.

–¿Qué espera del nuevo papa con respecto a nuestro continente, donde parece que las sectas están ganando muchos fieles, por ejemplo en Brasil?

–Espero dos cosas: primero que asista al Encuentro Mundial de Jóvenes que se realizará en Brasil en julio próximo. Que venga el papa y le dé una alegría grande a nuestra juventud mundial y latinoamericana, que se está preparando muy bien para ese evento. Segundo, que también venga al Paraguay con motivo del 25 aniversario de la canonización de San Roque González de Santa Cruz.

–¿Cómo quedó la nueva reestructuración de la Iglesia en Paraguay?

–Ya se realizaron todos los estudios para la creación de nuevas provincias eclesiásticas y diócesis. Esperamos avanzar con los proyectos con el nuevo papa.

–¿Eso implicaría que Paraguay ya tenga su cardenal?

–Esa respuesta, mejor dejemos al nuevo papa.

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