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CARACAS (AFP, EFE). “¡El que tenga bolas, agarre un fusil!”, arengaba un hombre a la cabeza de una caravana de partidarios chavistas, muchos armados, que ayer prometieron defender a sangre y fuego el nuevo mandato de Nicolás Maduro.
Los llamados “colectivos” (grupos chavistas, armados por el gobierno) hicieron un juramento de lealtad al régimen, con retratos del actual gobernante y de su fallecido antecesor Hugo Chávez, frente a la sede del Parlamento, que declaró “ilegítimo y usurpador” al gobernante el pasado sábado, que pretende asumir su “segundo mandato” tras un fraudulento acto comicial el año pasado.
En el Congreso se muestra la minoría del chavismo a nivel nacional, con solo alrededor del 30% de los representantes, por lo que el chavismo lo ha anulado, a través de amañadas decisiones del Tribunal Supremo, integrado íntegramente por chavistas.
Autos, motocicletas y camiones, algunos con hombres encapuchados y armados, cruzaron enormes barriadas de Caracas para respaldar a Maduro, de cara a la asunción de un nuevo “mandato”, prevista para el jueves.
“¡Hasta la victoria siempre!”, clamó Valentín Santana, líder del un colectivo del barrio 23 de Enero, tras dirigir el juramento simbólico.
Acusado por homicidio y otros delitos, y supuestamente buscado por las autoridades, pero a quien se le ve en actos públicos con ministros, el hombre advirtió a los opositores a régimen que “la Revolución Bolivariana no se negocia”.
“Los colectivos no vamos a negociar nunca”, insistió Santana, quien se movilizaba en un camión con pintas de camuflaje a bordo del cual viajaban encapuchados fuertemente armados.
“Todo aquel que tenga bolas, fusil en mano, debe dar la cara. Somos cuerpos combatientes, formados militarmente, armados para este peo (conflicto)”, dijo Jorge Navas, jefe de una de las agrupaciones, en un discurso frente al Cuartel de la Montaña, donde está la tumba de Chávez, fallecido en 2013.
Los vehículos avanzaron en medio de arengas, música y fuegos artificiales.
Los colectivos son grupos de civiles asentados en comunidades pobres, que actúan como los grupos paramilitares del gobierno.
El Grupo de Lima (14 países americanos) había pedido a Maduro abstenerse de tomar posesión y transferir el poder al Parlamento hasta que se realicen “elecciones democráticas”.