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PUERTO PRÍNCIPE (EFE, ANSA). La última cifra es de 842 muertos, pero los números parecen dramáticamente destinados a crecer hora tras hora, con las autoridades locales que temen miles de víctimas porque algunas de las zonas más afectadas por la tempestad son todavía inaccesibles para los equipos de rescate.
El Gobierno espera la ayuda internacional para hacer frente a la peor catástrofe en este país desde el terremoto de 2010 que dejó unos 300.000 fallecidos.
Cuatro días después de que Matthew descargará su furia contra esta empobrecida nación, la magnitud de lo sucedido apenas empieza a conocerse hoy, debido a que muchas zonas del sur, la región más afectada, continúan incomunicadas y sin servicios de electricidad o teléfono.
El país es muy vulnerable a las tormentas por la importante deforestación que sufre.
Los vientos y las lluvias inundaron miles de casas, dañó escuelas, destruyendo importantes superficies agrícolas, empresas, carreteras y puentes. Más de 29.000 hogares quedaron destruidos únicamente en el sur.
Más de 21.000 personas fueron evacuadas y unas 350.000 necesitan ayuda, según la ONU.
Estados Unidos
Matthew comenzó a provocar lluvias torrenciales en las costas del sudeste de Estados Unidos, golpeadas por fuertes vientos.
Aunque se había debilitado, seguía vigente la alerta por huracán en las costas de Florida –donde se registró un muerto– en Georgia y Carolina del Sur.
Tres millones de personas habían recibido órdenes de evacuación del litoral.