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BRASILIA (AFP, EFE). La decisión de Hong Kong se suma a la de China, segundo cliente de carne vacuna y de pollo, y a la de Chile. Las compras de esos tres países representaron en 2016 un 40% (1.717 millones de dólares) de las exportaciones de carne bovina del gigante sudamericano.
En carne de pollo, los envíos a China y Hong Kong representaron el 20% (USD 1.267 millones) del total, según datos del Ministerio brasileño de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC).
La Unión Europea (UE) impuso por su lado restricciones, en tanto que Rusia y Corea del Sur reforzaron sus controles.
La Comisión Europea (CE) reprochó a Brasil haber conocido el fraude de la carne adulterada “por la prensa” y tildó de “inaceptable” que no hubiera una notificación oficial del caso.
El director general de Cadena Alimentaria de la Dirección General de Salud, Michael Scannell, mostró su “preocupación al ver tanta corrupción” en los servicios de control de Brasil y consideró que “estas actividades debían haber sido detectadas mucho antes”.
El ministro de Agricultura, Blairo Maggi, dijo el lunes esperar cuestionamientos de unos 30 países y no dio muchas vueltas para definir qué pasaría si la veda se extendiera: “Sería un desastre”.
La denuncia de la Policía Federal (PF) reveló un esquema en el que inspectores sanitarios recibían sobornos de parte de empresarios para autorizar el comercio de carnes no aptas para el consumo humano.