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NUEVA YORK (AFP). Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, organismo que adoptó el tratado el pasado mes de abril, aseguró que el acuerdo “pondrá fin al comercio indiscriminado de armas”, de acuerdo con su portavoz, Martin Nesirky.
Este es el primer tratado que cubre la venta de armas de cualquier tipo en una década, un mercado que asciende a unos 80.000 millones de dólares al año.
El tratado incluye tanques, vehículos blindados de combate, piezas de artillería de gran calibre, aviones de combate, helicópteros de ataque, naves de guerra, misiles y lanzamisiles, así como el comercio de armas pequeñas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Héctor Timerman, fue el primero en firmar el texto en medio de los aplausos de los asistentes a la ceremonia, que se realizó en la sede de la ONU en Nueva York.
A él le siguieron representantes de 62 países, incluidos países de Europa como Francia y Gran Bretaña, de América Latina (Costa Rica, Brasil, México, Chile) y de África como Costa de Marfil, Senegal, Mali, entre otros.
Estados Unidos, el principal proveedor de armas en el mundo, se comprometió a firmar lo antes posible, aunque la ratificación por el Congreso de ese país parece lejana.
Rusia y China han reservado su posición y es poco probable que se concrete su firma.
En una declaración conjunta varios países firmantes “pidieron a todos los Estados hacer los máximos esfuerzos para firmar y ratificar el tratado lo antes posible”.
Timerman aseguró que deploraba que “ciertos países no firmaron hoy (por ayer) a causa del lobby de quienes luchan contra el control de armas”, en una alusión a las presiones realizadas por la Asociación Nacional del Rifle (NRA) sobre Washington.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, calificó el tratado de una “contribución importante en la lucha contra el tráfico de armas”, y aseguró que su gobierno tiene la intención de firmarlo tan pronto como una traducción oficial “satisfactoria” esté disponible.
Cada país debe evaluar antes de la firma si el tratado puede ser utilizado para eludir un embargo internacional, violar los derechos humanos o si las armas pueden desviarse a terroristas o delincuentes.
La Asamblea General de la ONU adoptó el tratado el 2 de abril con 154 votos a favor y tres en contra y 23 abstenciones.
El acuerdo solo entrará en vigor luego de su ratificación por un mínimo de 50 países miembro de la ONU.