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En su intervención, Torrijos enfatizó que serán los usuarios del canal, mediante un aumento gradual de los peajes, y no "los impuestos de los panameños, los que pagarán la obra", con la que se pretende aumentar la capacidad de la vía por la que transita el 5% del comercio marítimo mundial.
El proyecto de ampliación del canal, que ha sido divulgado después de haberse hecho más de 100 estudios en los últimos seis años, tiene que ser aprobado por el Ejecutivo y el Legislativo y debe de someterse, a continuación, a un referendo.
El presidente Torrijos alertó que, si no se afronta el desafío de la expansión, "surgirán inevitablemente otras rutas que reemplacen a la nuestra".
Las obras durarán ocho años y generarán 40.000 empleos directos e indirectos entre los años 2007 (cuando se prevé que inicie la ampliación) y 2014.
Torrijos, quien en las últimas semanas se ha reunido con diversos sectores sociales y con varios ex presidentes para conversar sobre la gigantesca obra, consideró que el proyecto de ampliación no debe ser "politizado" y dijo que al país le conviene tratarlo como lo que es: "Un tema de Estado".
Según Torrijos, el canal requiere ampliar su capacidad "para absorber la demanda creciente de carga" y para mantener a Panamá como un punto importante en el comercio mundial.
Con la expansión también se pretende permitir el paso de los buques pos-Panamax, que en la actualidad no pueden transitar por la vía debido a su gran tamaño.
Además de despejar las principales incógnitas sobre la ampliación del canal como eran el coste y la financiación, el Presidente también anunció que la expansión no provocará "desplazamientos de campesinos, ni nuevas inundaciones que destruyan el medio ambiente.
Ahora le toca a nuestra generación actual tomar la decisión más importante sobre el canal y su papel en el siglo XXI", dijo Torrijos.
Desde que Estados Unidos revirtió el control del Canal a Panamá en 1999, es la primera vez que los panameños podrán decidir en un referendo sobre el futuro de la vía interoceánica.
Según las últimas encuestas, la mayoría de los panameños está a favor de la ampliación, que ha despertado el interés de diversas empresas de todo el mundo, entre ellas de EE. UU, principal usuario de la vía.
Si el padre de Martín Torrijos, el general Omar Torrijos, fue el artífice de los tratados que posibilitaron que Panamá asumiera el control de la vía en 1999, al actual mandatario le corresponderá pilotar las obras de ampliación del canal, uno de los proyectos de ingeniería más importantes proyectados en Latinoamérica.
La capacidad actual de la vía permite el tránsito de buques de un máximo de 230 metros de eslora (largo) y 32,2 metros de manga (ancho), conocidos como Panamax, y con la ampliación podrán pasar naves mayores llamadas pos-Panamax.