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SAN JUAN (AFP). La situación es catastrófica en la “Isla del Encanto”, donde el ciclón María entró como un huracán categoría 4 y vientos de 250 Km/hora. La escala máxima es de 5, con vientos de más de 252 Km/h.
Las imágenes en las redes sociales muestran calles inundadas, algunas de ellas con automóviles flotando a la deriva, mientras residentes describían desastres desde todas partes de la isla.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, pidió a los ciudadanos que no se dejen engañar porque el ojo de María ya haya pasado.
“El peligro continúa. Hay aviso de inundaciones para todo el territorio”, dijo.
Las comunicaciones eran difíciles en la isla, que quedó en un 100% sin energía eléctrica, un servicio que ya había demostrado fragilidades con el paso hace dos semanas del huracán Irma.
De acuerdo con la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, la devastación en la isla de 3,5 millones de habitantes es “prácticamente absoluta”.
“Nuestra vida como la conocíamos cambió”, dijo Yulín Cruz, quien agregó que “habrá que reconstruir la ciudad capital del país”.
Puerto Rico es un Estado libre asociado a EE.UU.
Rosselló había advertido a los residentes que se prepararan para “la peor” tormenta del último siglo.
En 1928, el huracán Okeechobee, también llamado “San Felipe II”, azotó como categoría 5 y mató a 300 personas en la isla, según un documento de la administración atmosférica NOAA.
El ojo de María, el séptimo ciclón de la temporada en la cuenca atlántica, y cuarto de categoría mayor; cruzó durante seis horas la geografía de la isla y es ahora de categoría 3, con vientos máximos sostenidos de 185 Km/h. en su camino hacia Bávaro y Punta Cana, principales enclaves turísticos de República Dominicana.
Se esperan vientos, marejadas, lluvias y tornados en la zona bajo influencia de María.
Caos en las Antillas
Tras su paso por las Antillas Menores, el huracán dejó dos muertos en Guadalupe y una catástrofe aún por evaluar en Dominica, donde por ahora se reportan siete fallecidos y un panorama devastador para la isla de unos 73.000 habitantes.
El estado de alerta se mantiene en las Islas Vírgenes británicas y estadounidenses, también en Turcos y Caicos y las Bahamas.