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PARIS (AFP). Miles de manifestantes salieron a la calle ayer desde Sidney hasta Estocolmo, pasando por París, Berlín o Madrid, para movilizar a la opinión pública mundial sobre el problema del calentamiento climático, cuando faltan cinco semanas para la Conferencia de Copenhague.
Este día internacional contra el cambio climático comenzó en Sidney, donde miles de manifestantes se dieron cita en el puerto y en la célebre playa de Bondi.
Allí desplegaron banderolas con la cifra "350", en alusión a la concentración de CO2 en la atmósfera: 350 partes por millón (ppm), una cantidad que, según algunos científicos, no hay que sobrepasar para evitar que el calentamiento global se vuelva incontrolable.
Otros manifestantes formaron en la escalinata de la Opera de Sidney el número 350 con sus cuerpos, mientras las campanas de la catedral repicaban 350 veces.
En la Puerta del Sol madrileña, miembros de la Plataforma contra el Cambio Climático, compuesta por organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, realizaron una parodia titulada: "Las consecuencias catastróficas del cambio climático para el planeta".
En un comunicado, esta plataforma llamó a las autoridades a dar prioridad a la lucha contra el calentamiento global a pesar de la crisis económica.
En el centro de París, unas doscientas personas hicieron sonar sus teléfonos móviles y despertadores a las 12:18 exactas, en referencia al 18 de diciembre, día de clausura de la conferencia sobre el clima que comenzará en Co-
penhague el 7 de ese mes.
Los manifestantes querían así "despertar" a los políticos, empezando por el presidente francés Nicolás Sarkozy, para que se preparen para la conferencia, precedida por una cumbre europea los 29 y 30 de octubre. "Nicolás, despiértate" se leía en una pancarta.
La Conferencia de Copenhague se propone fijar un nuevo tratado internacional sobre el clima para reemplazar al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.
Este día internacional contra el cambio climático comenzó en Sidney, donde miles de manifestantes se dieron cita en el puerto y en la célebre playa de Bondi.
Allí desplegaron banderolas con la cifra "350", en alusión a la concentración de CO2 en la atmósfera: 350 partes por millón (ppm), una cantidad que, según algunos científicos, no hay que sobrepasar para evitar que el calentamiento global se vuelva incontrolable.
Otros manifestantes formaron en la escalinata de la Opera de Sidney el número 350 con sus cuerpos, mientras las campanas de la catedral repicaban 350 veces.
En la Puerta del Sol madrileña, miembros de la Plataforma contra el Cambio Climático, compuesta por organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, realizaron una parodia titulada: "Las consecuencias catastróficas del cambio climático para el planeta".
En un comunicado, esta plataforma llamó a las autoridades a dar prioridad a la lucha contra el calentamiento global a pesar de la crisis económica.
En el centro de París, unas doscientas personas hicieron sonar sus teléfonos móviles y despertadores a las 12:18 exactas, en referencia al 18 de diciembre, día de clausura de la conferencia sobre el clima que comenzará en Co-
penhague el 7 de ese mes.
Los manifestantes querían así "despertar" a los políticos, empezando por el presidente francés Nicolás Sarkozy, para que se preparen para la conferencia, precedida por una cumbre europea los 29 y 30 de octubre. "Nicolás, despiértate" se leía en una pancarta.
La Conferencia de Copenhague se propone fijar un nuevo tratado internacional sobre el clima para reemplazar al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.