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Alberto “El Chino” Carías, máximo referente del MRTA, la temible organización armada del chavismo, amenazó a quienes se manifiesten contra Maduro.
El nombre oficial de la organización es Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), pero se lo conoce comúnmente como Tupamaros. Es un homenaje a la histórica guerrilla que operó en Uruguay en las décadas del 60 y del 70, cometiendo atroces actos terroristas.
Su líder, Alberto “Chino” Carías, es un hombre de 57 años que, a pesar de negar sus vínculos con el Gobierno, tiene una oficina junto a la Comisión de Ciencia y Tecnología del Parlamento.
A pesar de todas las evidencias que muestran sus lazos con los poderes gubernamentales, Carías desmintió que recibieran financiamiento.
En una implícita refutación a sí mismo, reconoció que el MRTA estuvo en las manifestaciones “como un solo bloque para defender las instituciones, la democracia, por encima de todo”.
“Nosotros estábamos tratando de contener (...) porque el objetivo de ellos era avanzar hasta Miraflores y crear un enfrentamiento entre el pueblo chavista y el opositor”, dijo.
No precisó qué medios utilizaron para lograr esa “contención”.
Sin embargo, en una entrevista concedida en 2012 al diario Clarín, de la Argentina, aseguraba sin ruborizarse que entre sus principales objetivos figuraba “echar plomo a la oposición si no acepta la victoria segura de Chávez”.
“¿Que cómo lo haremos? Pues como siempre en moto y en coche. Si vemos una guarimba (foco de violencia), sacamos las armas que tenemos escondidas en el coche, nos ponemos el pasamontañas y disparamos contra los opositores”, aseguraba entonces.
La similitud entre lo que anunciaba hace dos años y los hechos ocurridos el jueves es escalofriante.
“Tenemos las armas, pero las tenemos guardadas. Están en manos de otras organizaciones revolucionarias del hemisferio”, agregó.
El origen de los Tupamaros se remonta a 1992, año del frustrado golpe de Estado de Hugo Chávez contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Con el tiempo, empezaron a ganar terreno en el populoso barrio 23 de enero del Municipio Libertador (oeste de Caracas). Con el ascenso del chavismo, su influencia se expandió.
Hoy cuentan con radios y canales de televisión y controlan diversas zonas carenciadas de Caracas. Allí actúan como juez y policía, ofreciendo “protección” ilegal contra delincuentes y narcotraficantes, aunque en reiteradas ocasiones ellos mimos han sido acusados por ataques a comercios e importantes edificios por considerarlos “oligarcas y burgueses”.