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BOGOTÁ (EFE). “Una dificultad es que las personas no están al tanto de que viven con VIH” y otro “reto es la inversión que deben hacer los gobiernos”, explicó Massimo Ghidinelli, jefe de la unidad de VIH de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El 55% de los dos millones de personas con VIH de la región está bajo tratamiento antirretroviral, y la meta para 2030 es que el 95% tenga acceso a estas terapias, cuyo precio pasó de unos 10.000 dólares por persona en el año 2000 a 100 dólares en 2015.
Para lograrlo, según Ghidinelli, la región se ha planteado combatir el subdiagnóstico, que llega casi al 40% en la región, y ampliar el acceso a los antirretrovirales, que representan en promedio un 75% del costo de la atención de los pacientes con VIH/sida.
Datos entregados por los gobiernos al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida) muestran que Colombia (88%), Brasil (74,6%), Chile (69,9%), Panamá (64,3%) y Uruguay (65%) lideran la cifra de adultos y niños que reciben terapia antirretrovírica en la región.
En el caso de Brasil, sostiene el funcionario de la OPS, el acceso es mayor, incluso en las nuevas terapias, por sus políticas integrales, que contemplan la distribución gratuita de antirretrovirales.
Entregar nuevas terapias es difícil porque “son más costosas, requieren más inversión y la demanda es limitada”, pero algunos “países le han apostado a la gratuidad y a las alianzas, como Brasil”, afirmó.
Natalia García, directora médica de VIH de GSK para Colombia, señaló el compromiso de la industria con la meta regional y mencionó como ejemplo que Brasil incorporará en 2017 el medicamento más reciente de esa farmacéutica al paquete gratuito para pacientes con VIH tras un acuerdo con el que el gobierno obtuvo un descuento de 70% respecto al precio comercial.
Otra cuestión también es que en la región ya “es una patología crónica, la gente ya no muere por esta enfermedad, y esto implica costos de atención a largo plazo”, expresó.
“Además, se necesita evaluar la costo-efectividad de los medicamentos, que garanticen más vida y adherencia al tratamiento, pero que no quiebren a los sistemas”, añadió.
Esta es la política con la que Cipla, una firma india conocida por la fabricación a bajo costo de medicamentos contra el sida, asegura que arribó a Brasil y Colombia.
Anant Atal, gerente para América Latina de Cipla, enfatizó que impulsarán su visión de que a “nadie se le debe negar el tratamiento”, con la que se logró que en los años noventa en África las terapias pasaran de 30.000 dólares a 360 por persona al año.
Según Onusida, se calcula que desde el año 2000 se han invertido 187.000 millones de dólares en la respuesta a este mal usando recursos nacionales y de organismos como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, que financia programas en países de bajos ingresos e ingresos medio-bajos.