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ZAGREB (EFE). Como en ocasiones anteriores, la decisión de un país, está vez Eslovenia, causó una reacción en cadena que ha forzado el cierre de la ruta a través de Croacia, Serbia y Macedonia, países que aunque no están en la zona Schengen, de libre circulación comunitarias, han aplicado las mismas reglas.
Este paso no fue una medida unilateral sino que fue acordado en la cumbre europea de esta semana sobre refugiados, dijo ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
“El flujo irregular de inmigrantes a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales llegó a su fin. No es una cuestión de acciones unilaterales sino una decisión común de la Unión Europea (UE)”, aseguró Tusk en su cuenta de Twitter.
“Doy las gracias a los países de los Balcanes Occidentales por aplicar parte de la estrategia global de la UE para hacer frente a la crisis migratoria”, agregó el responsable comunitario.
La medida no supuso problema en las fronteras de Eslovenia, Croacia y Serbia porque los refugiados llegan con cuentagotas tras el cierre de la frontera de Macedonia con Grecia a finales de febrero.
“Desde que Eslovenia volvió a aplicar plenamente las reglas Schengen en la frontera con Croacia, en los pasos fronterizos no se nota ningún cambio”, confirmó ayer la policía eslovena.
Según datos del Ministerio del Interior de Eslovenia, desde el pasado domingo no llegó ningún refugiado, mientras que en días anteriores entraban varios cientos al día.