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La agencia espacial estadounidense se anotó un gran logro científico en agosto pasado con el amartizaje del Curiosity, un robot de una tonelada, el más pesado en posarse en Marte, que incluyó el empleo de una grúa y un paracaídas supersónico, pero los expertos aseguran que todo será aún más difícil con humanos a bordo.
“El amartizaje del Curiosity fue un logro increíble”, dijo Robert Braun, un exingeniero de la NASA actualmente profesor del Instituto de Tecnología de Georgia, en una conferencia en Washington sobre la conquista del planeta rojo.
“Pero no es más que un pequeñísimo paso en comparación con todo lo que debemos hacer para poder caminar un día en Marte”, añadió.
La conferencia de tres días, que comenzó el lunes, ha reunido a expertos de la NASA, investigadores universitarios y miembros de la industria aeroespacial para discutir sobre la exploración del planeta rojo.
“Curiosity tiene el tamaño de un pequeño 4x4”, dijo Braun sobre el laboratorio móvil de seis ruedas que ha estado explorando Marte los últimos nueve meses.
“Pero para una misión tripulada habría que desarrollar un dispositivo capaz de posar en suelo marciano el volumen equivalente a una casa de dos pisos con una masa de 40 toneladas”, precisó.
Una misión así supondría el envío de comida, agua y oxígeno para los astronautas, y de un vehículo lo suficientemente potente como para regresar a la nave espacial.