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CARACAS (AFP). “El diputado Gilber Caro nunca debió estar preso. Hoy sale de las rejas, pero al igual que todos los venezolanos aún no tiene libertad”, señaló en Twitter la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.
Copartidario del jefe del Legislativo Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino de Venezuela por medio centenar de países, Caro fue recibido por un grupo de oficialistas y opositores a su salida de prisión. Esos dirigentes forman parte del Grupo de Boston, creado en 2002 e integrado por legisladores venezolanos y estadounidenses.
“La puerta giratoria de nuestros presos políticos solo se frenará en democracia”, escribió Guaidó en Twitter. Un video publicado por el Grupo de Boston en esa red social muestra al diputado cuando se encuentra con su colega opositor Manuel Texeira, el excongresista Pedro Díaz Blum y los chavistas Gerardo Márquez y Francisco Torrealba, miembros de la Asamblea Constituyente. Con un maletín y vestido con ropa deportiva, el parlamentario, sonriente, los abraza antes de intercambiar unas breves palabras en una sala.
Caro, de 45 años, había sido detenido en Caracas sin que hasta el momento estuviera claro el motivo. Ya había estado preso entre enero de 2017 y el 2 de junio de 2018, acusado de traición a la patria y sustracción de armas de la Fuerza Armada, pero no llegó a ser condenado.
Pedido de Bachelet
Su liberación se produce en la antesala de la visita que realizará Bachelet entre mañana y el viernes, para constatar la situación de derechos humanos en este país sumido en una grave crisis política y socioeconómica.
La justicia procesa a otros 15 legisladores opositores por el fallido alzamiento militar que lideró Guaidó contra el presidente Nicolás Maduro el 30 de abril. Uno de los congresistas, Édgar Zambrano, está detenido, mientras los demás se encuentran refugiados en embajadas o en la clandestinidad.
Medicamentos
Venezuela recibió ayer un segundo lote de ayuda humanitaria de la Cruz Roja con 24 toneladas de insumos médicos y plantas eléctricas, provenientes de Panamá y destinados a hospitales, para atender la aguda crisis de salud que padecen los venezolanos.
Seis camiones trasladaron los envíos hasta uno de los galpones en Caracas de la Cruz Roja, constató la AFP.
Los suministros buscan mitigar una severa escasez de fármacos e insumos hospitalarios en la otrora potencia petrolera, que sufre el desplome de su vital producción de crudo y una inflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para este año.