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PARÍS (AFP). El resultado de la primera ronda es implacable. Por primera vez, en casi 60 años, los conservadores estarán ausentes de la segunda vuelta y no habrá representantes de los dos grandes partidos que dominan la política desde hace medio siglo: los socialistas del presidente saliente François Hollande y los conservadores liderados por François Fillon.
El más castigado fue el socialismo, que obtuvo apenas poco más del 6% de los votos.
Con el 90% del voto escrutado Macron alcanzó un 23,7% de los votos, y Le Pen el 21,9%.
Les siguen el conservador Fillon, con el 19,75%, y luego el neomarxista Jean-Luc Mélenchon, con el 19,45%, pero a unos 100.000 votos de Fillon.
A sus 39 años, al frente de un partido nuevo, ¡En Marcha!, Macron ha ganado una arriesgada apuesta, y eso sin haberse sometido nunca antes al veredicto de las urnas.
Hollande, del que fue ministro de Economía, lo llamó para darle la enhorabuena. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, lo felicitó con un tuit en el que le deseó “ánimo para lo que sigue”.
Todo el espectro político francés, llamó a frenar al ultranacionalismo, como Fillon, que dijo que Le Pen sólo traería “desgracia”, “división” y “caos”.
“Los franceses han expresado su deseo de renovación”, resaltó Macron, al que dos sondeos realizados ayer por la noche lo dan como ganador en la segunda vuelta del 7 de mayo por abrumadora mayoría. Uno le otorga 62% de los votos, contra 38% para Le Pen, y otro el 64% contra el 36%.
En todo caso, cualquiera de los dos haría historia: Macron como el presidente más joven y ella como la primera mujer en la jefatura del Estado.