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La oposición pide convocar nuevas elecciones con un tribunal electoral imparcial y la presencia de observadores internacionales.
Daniel Ortega ganó junto a su esposa, Rosario Murillo, un tercer mandato consecutivo y se prepara para consolidar un poder absoluto, tras la cuestionada elección.
Ortega –que ya había gobernado a Nicaragua entre 1979 y 1990– obtuvo, según el Consejo Supremo Electoral, el 72,5% de los votos frente a 15% para el candidato del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Maximino Rodríguez.
“No reconocemos los resultados de esta farsa, y con la fuerza de la voluntad manifestada por el pueblo de Nicaragua, las declaramos nulas”, manifestó la dirigente opositora Violeta Granera.
La oposición calculó que la abstención fue de más de 70%, incluso en lugares donde el partido de Ortega tenía influencia.
El grupo independiente “Panorama internacional” señaló, por su parte, que “la elección fue caracterizada por una falta de transparencia”.
Antes de los comicios, la oposición llamó a no votar para mostrar su protesta y deslegitimar el proceso electoral, del que quedaron excluidos por un fallo judicial que los despojó de su partido, en una acción oficialista denunciada por la oposición.