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DONETSK, Ucrania. (AFP). La intensificación de los combates se produce en pleno recrudecimiento de la tensión entre los países occidentales y Rusia, que prohibió durante un año la importación de productos agroalimentarios europeos y estadounidenses, en respuesta a sanciones decretadas contra Moscú.
De visita en Kiev, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresó su apoyo a las autoridades ucranianas y lanzó una advertencia a Rusia, cuya cooperación con los separatistas ha aumentado, según él, en “intensidad y sofisticación”.
“Hago un llamamiento a Rusia a que se retire del borde del abismo, a que se retire de la frontera (con Ucrania). No utilicen el mantenimiento de la paz como pretexto para la guerra”, dijo Rasmussen en una conferencia de prensa.
La Alianza Atlántica alertó estos últimos días de la creciente presencia militar de Rusia en la frontera con Ucrania, que pasó de 12.000 hombres a mediados de julio a 20.000 hombres actualmente, según la OTAN. La Alianza teme que Moscú, que pide medidas urgentes para ayudar a la población civil en el este, intervenga bajo pretextos humanitarios.
Varias ciudades en manos de los separatistas y asediadas por las fuerzas ucranianas, como Lugansk o Gorlivka, viven una situación humanitaria cada vez más difícil con dificultades para abastecerse y con cortes de agua y electricidad.
Según Naciones Unidas, los combates en Ucrania han dejado ya más de 1.100 muertos en cuatro meses y unos 300.000 refugiados.
“La libertad y el futuro de Ucrania están siendo atacados”, advirtió Rasmussen, añadiendo que la OTAN está dispuesta a reforzar su apoyo a Ucrania (país no miembro de la Alianza), en términos de planificación y de reforma de su ejército.
Las autoridades ucranianas habían pedido en los últimos días a sus aliados occidentales aumentar su apoyo militar. Kiev teme una intervención rusa en momentos en que las tropas ucranianas se preparan a retomar los principales bastiones separatistas.
El ejército ucraniano bombardeó ayer por primera vez el centro de Donetsk, la principal ciudad en manos de los separatistas. Se registraron al menos cuatro muertos entre los civiles, según las autoridades, que pidieron a la población permanecer en sus casas.
Las autoridades regionales confirmaron que un obús cayó sobre un hospital, dejando un muerto y dos heridos. Por su parte, la alcaldía informó de disparos de artillería alrededor de los locales de los servicios de seguridad ucranianos y aseguró que los obuses mataron a tres civiles durante la noche en un barrio del sur.
En este contexto, el “primer ministro” de los separatistas de Donetsk, Alexandre Borodai, ciudadano ruso, anunció su renuncia.
La ofensiva del ejército ucraniano, lanzada hace cuatro meses, sigue intensificándose.
Un avión de caza fue derribado ayer en la zona prorrusa del este de Ucrania cuando volaba a baja altitud.
La aeronave se estrelló en un campo en las afueras de la localidad de Zhdanivka –cerca de donde cayó el avión de Malaysia Airlines derribado el 17 de julio–, luego de una aparente explosión, pero su piloto pudo eyectarse.