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La cuenta regresiva comenzó luego de que diplomáticos de Noruega y Cuba, garantes de las negociaciones iniciadas hace dos años entre el Gobierno colombiano y las FARC, anunciaran el miércoles que ambas partes acordaron condiciones para liberar a los prisioneros “a la mayor brevedad posible”, y se espera que en pocos días quede zanjado el impasse actual.
El gobierno de Juan Manuel Santos, que suspendió las pláticas tras el secuestro el domingo del brigadier general Rubén Alzate junto a una abogada y un soldado en el convulso departamento de Chocó (oeste), aseguró en un comunicado que sus negociadores volverán a Cuba “una vez todos se encuentren en libertad” .
La operación de liberación, facilitada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) , incluye a otros dos soldados capturados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) el domingo 9, tras un combate en el departamento de Arauca (este, fronterizo con Venezuela).
Alzate, el oficial de más alto rango hecho rehén por las FARC en más de 50 años de conflicto armado, encabeza la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, integrada por 2.500 militares y una de las nueve en todo el país creadas para combatir la guerrilla, el narcotráfico y la minería ilegal.
Su captura, cuando visitaba de civil el caserío de Las Mercedes, a orillas del río Atrato y a unos 30 minutos por barco de Quibdó, la capital del Chocó, ha estado rodeada de polémica y las condiciones en que se produjo aún son poco claras.
Mientras el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, asegura que el soldado que manejaba el bote en el que viajaba Alzate vio a guerrilleros armados salir de casas en Las Mercedes para abordar al general, los pobladores aseguran que presenciaron una captura sin violencia y expresan su miedo a convertirse en blanco de ataques armados por estar en medio de la polémica.
Los señalados guerrilleros “eran cuatro hombres vestidos de civil que llegaron en una panga (embarcación de madera) como media hora antes que el general. Se sentaron en unos bancos frente a la iglesia y cuando llegó el general con sus acompañantes se encontraron todos acá, conversaron y, cuando volví a ver, se iban todos en una panga”, relató Presentación Palomeque, líder comunitario de Las Mercedes.
“No vi hombres armados, ni guerrilleros dentro de las casas. Nos da temor que digan estas cosas”, dijo este hombre de 37 años y padre de 12 hijos, que tiene fresco en su memoria el desplazamiento masivo del pueblo hace 15 años en medio del asedio de milicias irregulares de extrema derecha.
“Fue en 1999. Un cabo dijo que habían capturado nueve paramilitares por la ayuda de la comunidad. Nos atacaron y nos tuvimos que desplazar”, recordó.