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LA HAYA (AFP). Doscientos años después de su independencia y varios tratados, tendrá que ser la justicia internacional, en una decisión inapelable, la que delimite definitivamente la frontera marítima, tras una demanda presentada en 2008 por Perú.
Lima alega que la frontera marítima no está definida, pero Chile sostiene que es la que prevalece tras los acuerdos firmados en 1952 y 1954.
En juego están 38.000 km² de mar que actualmente están bajo soberanía chilena, incluida un área de 200 km² de su mar territorial con gran actividad pesquera. Perú además podría incorporar a su dominio económico exclusivo, dentro de las 200 millas, un espacio marítimo de unos 27.000 km², que hoy Chile considera alta mar.
La disputa por la frontera marítima se ha convertido en el último capítulo de la Guerra del Pacífico, que se libró entre 1879 y 1883, en la que Perú perdió una parte de su territorio sur y soportó la ocupación de Lima durante más de tres años.
Pese a los insistentes pedidos del Gobierno peruano a su población para no agitar las aguas y mantener la buena sintonía con Chile, las heridas de la confrontación militar siguen abiertas en muchos peruanos que esperan que la decisión de la Corte haga por fin justicia histórica.
Los presidentes de Chile, Sebastián Piñera, que el 11 de marzo pasará el testigo a Michele Bachelet, y Perú, Ollanta Humala, han reiterado que acatarán y ejecutarán la decisión de la Corte.
Lo mismo han sostenido las Fuerzas Armadas de ambos países, que “tienen muy claro que el propósito es el acatamiento del fallo”, dijo el viernes el ministro de Defensa chileno Rodrigo Hinzpeter.
“La buena sentencia nunca complace totalmente a las dos partes”, advierte a la AFP el historiador de la Universidad Católica de Perú Nelson Manrique. Dijo que el fallo puede cerrar viejas heridas.