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“Tuvimos una discusión muy difícil con el ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis”, reconoció el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en conferencia de prensa.
“Estas discusiones muy difíciles reflejan el gran sentimiento de urgencia”, agregó.
La reunión en la que participaban ayer en Letonia los ministros de Finanzas de la zona euro estaba destinada en un primer momento a sellar un acuerdo de Atenas con sus acreedores sobre un plan de reformas, que permitiría a Grecia volver a recibir la ayuda financiera suspendida desde agosto.
En espera está el último tramo de 7.200 millones de euros que completa los préstamos que recibió el país desde 2010 por un monto de 240.000 millones.
Se lograron algunos avances, reconocieron varios responsables de la zona euro, pero las diferencias siguen siendo muy importantes sobre la lista de reformas que el gobierno de izquierda radical griego se comprometió a presentar para obtener el aval de sus acreedores. “Aún hay grandes, grandes problemas”, dijo Dijsselbloem.