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VARSOVIA (EFE). La comunidad internacional pretende acordar un reglamento que detalle cómo las naciones deben aplicar el Acuerdo de París.
La Cumbre del Clima de Naciones Unidas (conocida también como COP24), que durará hasta el 14 de diciembre, contará con más de 30.000 asistentes llegados de los 197 países que son parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Esa es la denominación dada al instrumento legal por la organización, en la que es fundamental que los participantes lleguen a compromisos creíbles en favor del Planeta.
La primera COP se celebró en 1995 y, desde entonces, ha llevado a la creación del Protocolo de Kyoto, en la COP3 de 1997, y al citado Acuerdo de París, en la COP21 de 2015, entre otros logros.
La COP 24 es la penúltima parada en el camino hacia 2020, año en que entrará en vigor el Acuerdo de París, por lo que el objetivo más importante de esta cita es hacer una especie de pausa para valorar y hacer balance de los logros alcanzados hasta ahora y adoptar medidas útiles y realistas para poder implementar ese trascendental acuerdo.
El Acuerdo de París aspira a que, a finales de este siglo, el incremento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 °C respecto a la era preindustrial, e incluso sea inferior a los 1,5 °C, ya que la mayoría de científicos consideran que un aumento superior tendría efectos desastrosos e imparables.
Para evaluar si la cumbre de Katowice alcanza un éxito habrá que ver si la comunidad internacional logra articular un mecanismo de control para verificar si los Estados cumplen con sus compromisos de reducción de emisiones, adoptados por cada uno de forma soberana.