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En declaraciones al diario El Mercurio, Fuente-Alba reconoció “las excelentes relaciones” entre la institución y la sociedad chilena, pero admitió “pena y tristeza” y abogó por una mirada humanitaria para los involucrados en casos de derechos humanos.
Según cifras oficiales, durante la dictadura militar unos 2.300 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran como detenidos desaparecidos
El general Fuente-Alba señaló que hay más de 30 militares en retiro condenados en causas de derechos humanos y más de 100 procesados por la misma razón que permanecen anclados y encadenados a hechos de hace cuatro décadas y cuyo estado de salud, en algunos casos delicados “ameritarían una mirada humanitaria”.
“Lo único que nos apena es la situación por la cual atraviesan algunas personas que, habiendo pertenecido a las filas del Ejército y que hoy tienen avanzada edad o situaciones médicas complejas, uno podría darles una mirada en términos humanitarios, ya que viven tanto en los personal como en lo familiar situaciones muy complicadas”, precisó.
Añadió que “efectivamente nos entristece ver que todavía esas personas permanecen ancladas a una situación de hace 40 años”, y estimó que Chile debiera permitir superar estas situaciones “aunque ello no significa dejar de sacar lecciones” de lo ocurrido.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro dijo que lo Fuente-Alba ha señalado “es de una extrema gravedad”.