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BUENOS AIRES (EFE).Una de las zonas más afectadas fue el Parque Nacional Iguazú, en la provincia de Misiones, hogar de las Cataratas, que registraron el máximo histórico en su caudal –46.000 metros cúbicos por segundo– y su acceso al público tuvo que ser cerrado.
Tras alcanzar un incremento récord “el río comenzó a bajar, no ha dejado de bajar, a una velocidad importante, y eso nos ha llevado a la rehabilitación de la mayor parte de los paseos en los que habíamos restringido el acceso”, informó Ezequiel Bermejo, gerente comercial de Iguazú Argentina.
La crecida del Paraná en Misiones provocó también cortes en rutas y puentes, dejando aisladas a 50.000 personas en las localidades de Montecarlo, Puerto Piraí y Caraguataí.
Junto a la de Misiones, las provincias de Corrientes, Chaco, Santa Fe y Entre Ríos resultaron perjudicadas por la crecida de los ríos.
El exceso de agua del Iguazú se trasladó al río Paraná que, sumado a su propia crecida por las precipitaciones en Brasil, forzó a abrir las compuertas de la represa hidroeléctrica Yacyretá, ubicada en la provincia de Corrientes (Argentina) y el departamento de Misiones (Paraguay), en la frontera.
“Durante el día de hoy (los niveles de agua) continuarán en ascenso, siendo los valores máximos esperados en la lectura de dicho hidrómetro cercanos a los cinco metros, entre los días jueves 12 y viernes 13” , informó la Entidad Binacional Yaciretá, que administra la represa, a través de un comunicado.
El gobernador correntino, Ricardo Colombi, criticó a las autoridades de la represa y aseguró que haber abierto las compuertas fue una decisión “muy dañina” y que producirá una gran inundación. En la provincia de Corrientes, donde el mayor pico del Paraná se espera para el próximo fin de semana, 24 familias tuvieron que ser evacuadas de la isla Apipé, cercana a la represa Yacyretá. En tanto, el gobierno de la provincia de Chaco prevé que alrededor de 500 familias de zonas ribereñas al Paraná serán evacuadas.