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El asalto a la frontera entre Marruecos y Melilla, que consiste en una triple valla de siete metros de altura, se produjo tras el ocurrido el 6 de febrero en el otro enclave español norteafricano, Ceuta.
El 6 de febrero, al menos 14 inmigrantes murieron en un incidente por cuya gestión ha sido muy criticado el gobierno de Madrid.
Según una portavoz de la delegación del gobierno en Melilla, ayer “a las 6:30 hubo un salto a la valla de unos 200 inmigrantes. Han entrado un poco más de medio centenar”.
Ceuta y Melilla son las únicas fronteras terrestres entre África y la Unión Europea, y están sometidas a una fuerte presión migratoria.
El 6 de febrero de madrugada, un grupo de subsaharianos intentó forzar la entrada en Ceuta por el vallado del paso fronterizo. Después, ante la resistencia de la Guardia Civil española, se dirigieron a la playa para sortear a nado el espigón que separa los dos países.
Melilla, igual que Ceuta, ambas ciudades españolas fronterizas con Marruecos en la costa mediterránea, viven desde hace meses una extrema presión migratoria que mantiene en alerta constante a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El último intento de gran asalto se produjo el pasado 6 de febrero en Ceuta y se saldó con al menos quince personas muertas por ahogamiento, al intentar entrar en la ciudad un grupo de unos 250 inmigrantes.
La mayoría de los protagonistas del nuevo salto masivo son francófonos y de nacionalidades diversas, pero principalmente de Camerún.