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RIAD (AFP). El patriarca maronita (cristiano) del Líbano llegó a Arabia Saudita para reunirse con el exprimer ministro libanés Saad Hariri, quien anunció hace días su dimisión desde la capital saudí.
El patriarca y el rey Salman “evocaron las relaciones fraternales entre el reino y el Líbano y confirmaron la importancia del papel de las diferentes religiones y culturas en la promoción de la tolerancia y la renuncia a la violencia”, indicó la agencia oficial saudí.
Se trata de una visita emblemática en un inusual momento de intercambio interreligioso en el reino ultraconservador que alberga los lugares más santos del islam.
“La visita del patriarca Rai destaca el apego del reino por la coexistencia pacífica, la proximidad y la apertura a todas las partes de la población árabe”, sostuvo el ministro de las relaciones con los países del Golfo, Thamer Al Sabhan.
La renuncia de Hariri, que sumió al Líbano en una crisis política, se produjo en un clima de crecientes tensiones entre Arabia Saudita (sunita) y su vecino Irán (chiíta), que respaldan cada cual bandos antagonistas en conflictos como los que actualmente existen en Siria y Yemen.
Sunita y chiita son ramas del islam. Sus diferencias son doctrinales y políticas.
El presidente libanés Michel Aoun (cristiano maronita aliado de chiitas) estimó que Hariri tenía su libertad “restringida” en Riad. Pero este aseguró por su parte que se dispone a regresar “pronto” a su país, asegurando ser “libre” en Arabia Saudita.
Hariri anunció su dimisión el 4 de noviembre desde Riad, donde denunció que se preparaba un atentado contra su vida, arremetió contra Hizbulá (musulmana chii) y criticó la injerencia de Irán en su país y en el mundo árabe.
Aoun se negó a aceptar la renuncia de Hariri hasta que regrese al país. Llegó a poner en duda si el discurso que dio al anunciar su renuncia reflejaba “su voluntad”.
Las tensiones entre las mayores agrupaciones politicoconfesionales del Líbano son frecuentes. Según la Constitución libanesa, el jefe del Estado debe ser cristiano maronita, mientras que el primer ministro debe ser musulmán suní y el del Parlamento, un musulmán chií.