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“Está acusado de homicidio, de complot criminal para cometer homicidio y de haber facilitado el asesinato” de Benazir Bhutto, declaró el fiscal.
Pervez Musharraf, que regresó a Pakistán a finales de marzo tras cuatro años de exilio, se vio inmerso rápidamente en varios casos judiciales, sobre todo en la muerte de Bhutto, ocurrida el 27 de diciembre de 2007 en Rawalpindi, en un ataque con arma ligera más un atentado suicida.
“El acta de acusación fue leída por la Corte. Él negó todos los cargos”, añadió el fiscal. “Las acusaciones son infundadas. No tenemos miedo de este proceso”, respondió una abogada de Pervez Musharraf.
Un informe de las Naciones Unidas en 2010 señaló que la muerte de Bhutto podría haberse evitado y acusó al gobierno de Musharraf de no darle la protección adecuada.
Nadie ha sido condenado por la muerte de la jefa del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP), Benazir Bhutto, quien fue elegida dos veces primera ministra de Pakistán, país de 180 millones de habitantes y mayoría musulmana.
El “General Musharraf”, que cumplió la semana pasada 70 años, tomó el poder en octubre de 1999 tras un golpe de Estado militar. Después de los atentados del 11-S, Musharraf se convirtió en un aliado clave de Washington en la “guerra contra el terrorismo”.
Benazir Bhutto, primera mujer primer ministro en un Estado musulmán, volvió a Pakistán a finales de 2007 con el objetivo de participar en las elecciones legislativas, pero rápidamente fue víctima de amenazas de muerte, por lo que solicitó mejor protección al régimen del presidente Musharraf.
Bhutto fue asesinada frente a miles de simpatizantes durante un mitin político.