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“No repriman, traten con respeto a la gente, tampoco acusen con falso testimonio”, exhortó Báez, obispo auxiliar de la diócesis de Managua, para luego exigir que “paren la violencia. Puede ser violencia con armas, pero puede ser violencia jurídica, violencia inconstitucional”.
“Si alguien tiene un cargo de estructura en la sociedad, tiene que ser para servir y lo tiene que ejercer respetando la dignidad, los derechos y la libertad de expresión. No repriman. No confunda la justicia con la venganza”, insistió.
Nicaragua vive una crisis social y política que generó protestas contra el Gobierno de Ortega y un saldo de entre 325 y 545 muertos, según organismos de derechos humanos. Pero el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se iniciaron en abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario acusado de nepotismo y corrupción.