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CARACAS (ANSA). “Se quiere instaurar una espiral de violencia y se promueve el resquebrajamiento de la Justicia, particularmente cuando todo lo que tiene que ver con ella se está saliendo del control de las leyes y de los procedimientos legales, para enmarcarse en la arbitrariedad que lleva a la persecución física, el amedrentamiento, y al atropello del Estado de Derecho”, advirtió la Iglesia Católica a través de un comunicado.
Lamentó que los que se “sienten con poder” estén “usando” la “violencia represiva” y “están violando leyes, los articulados de la Constitución Nacional y los Derechos Humanos”.
“Se quiere ejercer un control social y se promueve el quiebre de la disidencia”, advirtió.
El pronunciamiento se produce a una semana de la detención arbitraria del diputado opositor Juan Requesens.
Imágenes divulgadas por el régimen muestran a Requesens diciendo que una vez facilitó la salida de Venezuela, rumbo a Colombia de uno de los acusados por el chavismo de ser el perpetrador de un “atentado” contra el Gobierno, el sábado 4 de agosto pasado.
En otras imágenes subidas a internet se ve a Requesens siendo humillado por sus carceleros, con aspecto demacrado, en ropa interior cubierta de excrementos.
Defensores de derechos humanos y políticos lamentaron esta muestra de la tortura que aplica el chavismo.
Las imágenes se registraron en un calabozo de El Helicoide, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin, policía secreta del régimen).
“Perseguir, someter y enjuiciar arbitrariamente, es el componente que se observa, mientras hay una multitud de pueblo que pide alimentos, medicamentos, luz eléctrica, transporte público, gas, sueldos dignos, detener la inflación”, expresó la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV).
Los obispos exhortaron a los organismos de seguridad del Estado “a cambiar su actitud” y a entender que “estamos en momentos de grandes sacrificios y sufrimientos de nuestro pueblo, de sus propias familias, de sus hijos”.
“No repriman, sino antes bien, acompañen a este pueblo que no tiene otra alternativa sino la de buscar ser escuchado en sus necesidades”, rogó la Iglesia.