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Harvey es el primer gran huracán en llegar a Estados Unidos desde que el Wilma golpeó a Florida en 2005. Un evento de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson puede arrancar árboles e interrumpir los servicios públicos por días.
Hacia el mediodía de ayer, Harvey soplaba como un huracán de categoría 4; que según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de mantenerse, este ciclón podría ser la mayor tormenta que toca tierra firme estadounidense en 12 años.
Además, se teme que produzca inundaciones “devastadoras y amenazantes para la vida” en un área en la cual las refinerías procesan siete millones de barriles de petróleo al día.
El gobernador de Texas advirtió que el estado sureño sufrirá “inundaciones históricas”.
Las autoridades dieron aviso incluso de una marejada ciclónica desde Port Mansfield hasta High Island, con el consecuente aumento del nivel del mar.
El sistema mantiene todo su potencial destructor de generar acumulaciones de lluvia de hasta 91 centímetros, vientos de huracán de categoría 3 (entre 178 y 208 kilómetros por hora) y marejadas ciclónicas de hasta 3,66 metros, que podrían provocar inundaciones “devastadoras”.
Los mareógrafos de la Agencia Nacional estadounidense de Océanos y Atmósfera (NOAA) advirtieron que en la costa texana ya se están produciendo inundaciones de hasta 30 y 61 centímetros a causa de la marejada.
Los avisos de huracán afectan a 1,4 millones de personas que residen en la costa sur del Golfo de México en Texas, mientras que otros 12 millones están bajo aviso de vientos de tormenta tropical, incluyendo las populosas ciudades de San Antonio y Houston.