Huelgas de transporte y policías ponen en jaque al Mundial de Fútbol

Paradoja: el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff perteneciente al Partido de los Trabajadores (PT), surgido hace unas décadas de la larga lucha sindical contra la dictadura, se ve amenazado por una eventual ola de paros de sectores como el transporte y la seguridad en vísperas de la Copa del Mundo. En Brasilia hay alarma por lo que pueda suceder.

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BRASILIA (ANSA). Unos 2,5 millones de ciudadanos fueron sorprendidos este miércoles cuando los conductores y cobradores de ómnibus iniciaron una huelga sin previo aviso en Sao Paulo, la ciudad más populosa del país donde el 12 se iniciará la Copa del Mundo con el partido de fútbol entre los seleccionados de Brasil y Croacia.

El juego será en el estadio Itaquerao, construido en la zona este, la más pobre de la ciudad y donde se encuentran varias favelas, además de un asentamiento de 5.000 integrantes del Movimiento de Trabajadores Sin Techo en un terreno baldío del cual exigen su expropiación.

Muchos de los paulistanos que no pudieron ir a trabajar, que llegaron tarde a sus empleos el miércoles, procedían precisamente de la humilde zona este de la ciudad.

Fuentes del Palacio del Planalto, sede de la Presidencia en Brasilia, comentaron a varios medios locales su alarma ante la posibilidad de que se repitan durante la Copa paros similares al de São Paulo esta semana, que fue precedido por otro de iguales características en Río de Janeiro hace 10 días.

Lo llamativo es que estas huelgas ocurran bajo un gobierno del PT, liderado por el expresidente y antiguo dirigente metalúrgico Luiz Inácio Lula da Silva, agrupación que hasta hoy conduce la poderosa Central Única de Trabajadores, la mayor organización gremial de Brasil.

El secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, dijo que estas huelgas son “oportunistas” y el alcalde de São Paulo, Fernando Haddad, afiliado al PT, las comparó con una “guerrilla” que toma como rehén a la población.

Ocurre que los huelguistas de São Paulo y Río de Janeiro, las dos principales sedes del Mundial, no responden a sus sindicatos y esta rebeldía frente a las conducciones gremiales se repite en otros sectores importantes que prometieron ir al paro durante el Mundial.

Actualmente están en huelga los maestros de São Paulo y Río de Janeiro, varios sectores de la administración pública federal y se anunció que el lunes dejarán de trabajar los empleados del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, organismo que elabora los datos oficiales de ocupación, inflación y el censo nacional.

Hay otros gremios que amenazan realizar marchas y paros, como los pertenecientes a Fuerza Sindical, una organización históricamente enemiga del PT y aliada del senador Aecio Neves, principal candidato presidencial de la oposición en los comicios del 5 de octubre, cuando Rousseff buscará ser reelecta.

El jefe de esa central sindical, Paulinho da Silva, un fervoroso enemigo del gobierno, dijo en el acto del 1 de Mayo, junto al candidato opositor Aecio Neves, que hará lo posible para acabar con Dilma y hasta pidió que ella fuera presa.

La presidenta, sus principales ministros y el PT, admiten que habrá manifestaciones a lo largo de la Copa del Mundo durante el próximo mes y julio.

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