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Padres, madres, hermanos y otros parientes de los combatientes viajaron en la madrugada del lunes en un vuelo humanitario y regresaron el mismo día, gracias a un acuerdo diplomático entre Londres y Buenos Aires.
“Fue un día muy largo. Todo fue muy emocionante. Llegar a nuestra patria, a las islas, al cementerio, conocer el lugar de descanso de mi padre”, dijo al regresar a Buenos Aires Sergio Aguirre, hijo de Miguel Aguirre, que era marino mercante y murió en un buque que fue atacado durante el conflicto bélico.
Él y su madre aún están sorprendidos de haberlo encontrado más de 35 años después en el cementerio isleño. “Mi padre murió en el buque ‘Islas de los Estados’. Siempre pensamos que estaba en el mar. Todavía nos cuesta hacernos esa idea (que está enterrado en Darwin), pero nos llenó de paz”, contó al canal C5N.
Las tumbas de los 90 soldados fueron identificadas en 2017 por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) , entre las 121 que figuraban desde la guerra de 1982 como personas NN (Ningún Nombre) en el cementerio de Darwin, en la isla Soledad.
Los malvinenses llaman al lugar “el cementerio argentino”, en medio de una colina y cerca de donde se libraron encarnizados combates. En el lugar hay un total de 237 sepulturas. Aún hay 31 restos no identificados.
Argentina sufrió 649 bajas en la guerra de 1982 y Reino Unido tuvo 255, en 74 días de combates en estas islas, ubicadas en el Atlántico Sur, a 500 kilómetros de las costas de la Patagonia.
“Nada va a cambiar la historia, nada va a cambiar la pérdida que cada uno de ustedes tuvo, pero de algún modo hacerlo delante de una placa con su nombre y apellido tendrá otro valor”, dijo el canciller argentino, Jorge Faurie, al despedir a la delegación la medianoche del domingo.
Los parientes de los caídos colocaron en las cruces la placa con el nombre de cada combatiente identificado por exámenes de ADN con la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense.