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“Estos niños que están acompañando a los adultos son ofrendas que los ponen seguramente vivos, no se sabe, porque van envueltos con toda su vestimenta”, declaró Flores sobre la presencia del pequeño en la tumba de un adulto de la cultura preincaica Wari.
Las ofrendas humanas fueron una costumbre de las culturas preincaicas que se extendieron en la costa de Perú en ritos para los dioses del mar, refirió.
La tumba está a 22 metros de altura, en la sexta plataforma de la Huaca (sitio arqueológico) Pucllana, un centro ceremonial en forma de pirámide ubicado en el distrito limeño de Miraflores, desde donde se puede observar el océano Pacífico.
El hallazgo fue hecho hace cinco días por un equipo de expertos que trabaja desde hace 32 años en la huaca, construida por la cultura Lima en el siglo cuarto de nuestra era y luego invadida por la cultura Wari, alrededor del siglo octavo, indicó Flores.
La pobladores de la cultura Lima fueron pescadores y agricultores que adoraban al mar, mientras que los Wari fueron guerreros que llegaron de la sierra en busca de mayores recursos para vivir y extender sus dominios, precisó la experta.
Los Wari hicieron agujeros en la estructura original de la huaca para construir en ellos las tumbas y colocar los restos de sus líderes, a manera de representar el dominio que ejercieron, según dijo Flores.