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La organización judía B’nai B’rith (Hijos del Pacto), en su capítulo Paraguay, organizó ayer, como cada año, uno de los actos en recordación de la Noche de los Cristales Rotos, a fin de que no sea olvidado todo lo que significó, y así se pueda evitar que vuelva a repetirse.
Este año fue invitado como expositor para el acto realizado en el Salón Teatro del Hotel Excelsior, de Asunción, el renombrado analista político argentino (periodista y doctor en medicina) Nelson Castro.
El mismo manifestó su complacencia por estar una vez más en el Paraguay, en esta ocasión para un acto de estas características.
“Cuando me convoca la gente de la B’nai B’rith siempre vengo con mucho gusto, porque la verdad que es algo que tiene una vigencia tan fuerte. No tan solo la recordación histórica sino todo cuanto significa en cuanto a la discriminación y todos los fenómenos de intolerancia, que siguen estado presentes hoy en todas las sociedades, lamentablemente”, manifestó Castro.
“La Noche de los Cristales Rotos representa, primero, desde el punto de vista histórico, la premonición de una tragedia, a la que el mundo no prestó atención. Es importante recordarlo en esa dimensión, porque tiene una notable vigencia, es decir, hoy la intolerancia sigue estando presente en las sociedades en miles de formas”.
“Yo diría que uno debe decir, debe tener una fuerte convicción de criticarla, de estar alerta, de ser duro y de prevenir todas las pequeñas manifestaciones, que a veces parecen aisladas, de intolerancia, porque representa la frustración de cualquier intento de vida en sociedad; y representa para la condición de humana yo diría un nivel de degradación fenomenal, como la que se vio en esa Noche de los Cristales, en donde había un loco, como era Hitler, llevando adelante la iniciativa, pero en la cual era acompañada por una parte importante de la sociedad”.
“Ese es otro elemento que yo pongo de manifiesto, la Noche de los Cristales Rotos pasó no solo porque hubo un loco, sino porque hubo una gran parte de la sociedad que acompañó esto”.
Consultado sobre si una situación vivida en aquella Alemania, con toda la situación social que vivía en es época, podría volver a vivirse en una sociedad moderna, Castro resaltó:
“Por supuesto que aquella sociedad estaba muy tomada por el tema económico, pero cuando usted ve una sociedad tan formada como era la alemana, sin capacidad para diferenciar eso, que era una barbaridad, que el origen de sus problemas no era la existencia de una comunidad judía, impacta doblemente, porque si eso hizo una sociedad educada, ¿qué pasaría con una sociedad que no lo es?”.