Según cifras del Fondo Monetario Internacional, de universidades privadas y del propio gobierno, Chile será la primera economía desarrollada de América Latina antes que termine esta década. Cuarenta años atrás, la nación andina era una de las más atrasadas, a consecuencia de los programas de gobierno estatistas del régimen socialista.
Allende llegó a la presidencia luego de ser senador y haber competido por la primera magistratura en dos oportunidades (1958 y 1964). Antes de su gobierno, el Gobierno de Eduardo Frei se enfrentaba a las grandes reformas políticas y económicas.
El líder socialista gana las elecciones, apoyado por diversos partidos y movimientos comunistas radicales y socialistas, con el 36,6% de los votos, seguido del candidato de derecha, Jorge Alessandri (34,9%), y por Radomiro Tomic (27,8%), de la Democracia Cristiana.
Como ningún candidato tuvo mayoría, el Congreso Nacional tuvo que decidir. Fue así como el Parlamento apoyó a Allende, convirtiéndose en el primer líder marxista que llegaba al cargo por voto popular.
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Allende tuvo que firmar un Estatuto de Garantías constitucionales, que lo obligar a mantener las libertades de prensa, educación, asociación y reunión y a indemnizar las expropiaciones contempladas en su programa de gobierno.
El primer año de gobierno fue bueno: el PIB aumentó 8,6%, la inflación bajó 12,8% y la producción se incrementó 12%.
Pero en poco tiempo ya se enfrentó con la oposición. Allende reflotó un decreto de 1932 que autorizaba la expropiación de cualquier industria considerada fundamental para la economía. Para 1973, el Estado controlaba cerca del 80% del parque industrial chileno y también la banca. En 1971 se nacionalizó el cobre, cuyos yacimientos eran, en su mayoría, propiedad de inversores de EE.UU.
La emisión desmedida de dinero sin respaldo del Banco Central causó una inflación mayúscula, que en 1972 llegó a 140%, y en 1973, a más de 600%. Esto hizo aparecer el mercado negro y desaparecer a supermercados y almacenes, dando lugar a las largas colas de gente que esperaban para conseguir alimentos.
La violencia se hizo sentir tanto por el surgimiento de grupos de ultraizquierda como de ultraderecha. Esto y la crisis económica hicieron que los camioneros declararan un paro en 1972, al que se unieron más gremios. Ese año enfrenta su primer intento de levantamiento popular. A inicios de 1973, el Congreso ya vetaba las leyes del Ejecutivo, con lo cual se generaban los conflictos.
Los tribunales tampoco podían trabajar, ya que el Gobierno negaba ayuda a los Carabineros.
En junio, el Regimiento de Blindados rodeó el Palacio de la Moneda, en un fallido intento de golpe de Estado. A fines de julio, los paros y protestas de distintos gremios de nuevo hicieron tambalear a Allende. Sin apoyo, se suicidó el 11 de setiembre de 1973, durante el golpe de Estado de Pinochet.
