Guerra entre clanes rivales termina con 56 muertos en cárcel brasileña

La violenta acción de una banda criminal contra otra en una cárcel de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, terminó ayer en una masacre, con al menos cincuenta y seis muertos, en otro capítulo de la guerra por el control de las cárceles y el tráfico de drogas en Brasil.

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SÃO PAULO (EFE, AFP). La sublevación comenzó en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim (Compaj) la tarde del domingo, cuando miembros de “Familia do Norte” (FDN), que mantienen el control sobre la prisión, atacó a integrantes del “Primer Comando Capital” (PCC), poderosa organización criminal con base en la región de São Paulo.

La sublevación dejó un reguero de sangre en el presidio, donde decenas de personas fueron brutalmente asesinadas –con descuartizamientos y decapitaciones– y amontonadas en diversas áreas comunes del complejo, situado en las afueras de Manaos.

La mayoría de los asesinados son integrantes del PCC, a quien la FND quiso mandar un “mensaje” sobre su poder en la región, según informó el secretario de Seguridad Pública del estado, Sergio Fontes, en una rueda de prensa.

“Solo hubo muertes en un lado. La FDN masacró a los integrantes del PCC y algún que otro preso. No hubo contrapartida de la otra facción”, precisó.

Para el secretario, la “masacre” fue “un capítulo más de la guerra silenciosa” que el narcotráfico impone en Brasil y que, a su juicio, “no puede ser enfrentada tan solo por los estados (regionales)”.

Matanzas

La Secretaría de Seguridad Pública de Amazonas confirmó que se trató de la “mayor masacre del sistema de prisiones” de esa región y la principal matanza entre presos de la historia de Brasil, cuyas cárceles viven una situación crítica.

En la lista de tragedias carcelarias, sin embargo, sobresale la que hace 24 años tuvo en una Casa de Detención de São Paulo, popularmente conocida como Carandirú, en la que murieron 111 reclusos, la mayoría a manos de la Policía durante una invasión al presidio tras un motín.

“Infelizmente, estamos delante de la mayor y más horrible masacre en los presidios de Brasil”, aseguró Epitácio Almeida, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil (OAB) en Amazonas, quien coordinó las negociaciones con los presos y trabajó por la liberación de 12 funcionarios que habían sido hechos rehenes.

“Guerra nacional”

El secretario de Seguridad Pública resaltó que la reyerta en el complejo penitenciario de Manaos es una muestra de la “guerra” que las facciones criminales han iniciado en busca de su “espacio” a nivel nacional, tanto dentro como fuera de los presidios.

La tensión se ha intensificado en algunas cárceles de Brasil tras la ruptura el pasado año entre el PCC y el poderoso “Comando Vermelho” (CV), una banda criminal que controla el tráfico de drogas en Río de Janeiro y que es aliada de la Familia do Norte en la región de Amazonas.

La disputa entre ambos comandos dejó decenas de víctimas en 2016.

Tan solo en octubre ocho presos murieron en una cárcel del estado de Rondonia tras una pelea entre miembros del CV y el PCC, apenas un día después de que otra reyerta entre las dos bandas dejara diez víctimas mortales en un centro penitenciario de Roraima.

“Esas organizaciones se alimentan principalmente del narcotráfico. Sus peleas por intereses acabaron en tragedia. Infelizmente eso ya ocurre en otros estados”, añadió el secretario.

Recalcó que el suceso en Manaos no es un “caso aislado” y que el problema es “mayor”, “ya que se disputa dentro de los presidios y tiene una extensión de guerra que también tiene lugar fuera” de ellos.

El Ministerio de Justicia de Brasil se puso a disposición de las autoridades de Amazonas para resolver la situación en el presidio y llegó a ofrecer la ayuda de la Fuerza Nacional.

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