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KARKAMIS, Turquía (Reuters, ANSA). Una columna de al menos nueve tanques turcos entró en Siria junto a un grupo de rebeldes, en su mayoría árabes y turcomanos, para expulsar al EI de Yarablus y localidades cercanas.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que la operación tiene como objetivo el EI y el partido kurdo PYD, cuyos avances en el norte de Siria han alarmado a Turquía.
Ankara considera al PYD una extensión de los militantes kurdos que combaten una insurgencia en su propio territorio, lo que generó tensiones con Washington, que considera al grupo un aliado contra el EI.
Los milicianos de Estado Islámico se fugaron de esa localidad cercana la frontera con Turquía, añadió el Mandatario.
“Ha llegado el momento de poner punto final a los ataques que sufrimos desde Siria”, aseveró Erdogan.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, que llegó a Turquía, un aliado clave de la OTAN, horas después del inicio de las operaciones, intentó calmar las preocupaciones turcas sobre los avances territoriales kurdos en Siria.
“No habrá un corredor (kurdo). Punto. No habrá una entidad diferente en la frontera turca. Habrá una Siria unida”, afirmó.
En menos de 24 horas, el operativo militar denominado “Escudo del Éufrates” le causó un duro golpe al Estado Islámico, además de frenar el avance de los kurdos.
Con casi 300 disparos y 81 objetivos golpeados, el Ejército allanó el camino a las fuerzas especiales, comprometidas en una misión para realizar “medidas específicas” contra los yihadistas,
También hubo al menos 20 tanques, además de una veintena de vehículos blindados. Con las bombas, Ankara le abrió paso a unos cinco mil rebeldes del ESL, opositores al gobierno de Bachar al Asad.
La intervención militar masiva, con apoyo aéreo y de inteligencia de la llamada coalición internacional, tuvo el doble objetivo de evitar el accionar que el Estado Islámico controle la frontera turco-siria, y también que las milicias de YPG ocuparan esa zona.
La ofensiva turca, acompañada también por el opositor Ejército Sirio de Liberación, fue condenada con dureza por el Gobierno de Damasco, que la definió como una “violación de la soberanía” de Siria.
“La lucha antiterrorista sobre el terreno sirio de cualquier parte tiene que ser coordinada con el Gobierno y el ejército” de Siria, aseveró la Cancillería de Damasco.