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Este rito milenario, símbolo de eternidad, paz y renovación, se llevó a cabo en una iglesia que llenaron los peregrinos griegos, rusos, árabes y rumanos, que centenares de policías israelíes tuvieron dificultad para controlar.
Las estrictas restricciones de acceso al Santo Sepulcro, por medidas de seguridad, según la policía israelí, causaron frustración y descontento en especial entre los cristianos palestinos.
Se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes, según testigos.
"Cada año es peor. La policía israelí provoca y trata a la gente como animales. Queremos celebrar la Pascua libremente, sin restricciones, para respetar nuestros ritos y nuestras tradiciones", se quejó Issa Carmi, habitante palestino de la Ciudad vieja.
Numerosos retenes y barreras fueron erigidos en los últimos días para canalizar a los fieles en la Ciudad Vieja, situada en el sector con mayoría árabe de Jerusalén anexionada en 1967.
El patriarca ortodoxo griego, Theophilos III, hizo su entrada solemne encabezando una procesión de monjes y prelados acompañados de personas que llevaban banderas color sangre y oro ilustradas con imágenes de los Padres de la Iglesia.
El patriarca ingresó solo a la tumba de Cristo, cubierto por una sotana negra, y salió con un cirio encendido entre gritos de "Axios" ("Es digno").
El "fuego sagrado" o "fuego nuevo" fue llevado luego en procesión a Belén (Cisjordania), lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, mientras que otra llama debe ser llevada a bordo de un avión hacia Grecia y otros países ortodoxos. La mayoría de los cristianos de Tierra Santa son de rito griego-ortodoxo.
El Santo Sepulcro es administrado por seis Iglesias cristianas: la griega ortodoxa, la católica de rito latino, la armenia apostólica, la copta egipcia, la siriaca ortodoxa y la etíope ortodoxa.
Cada una de estas Iglesias controla una parte cuidadosamente delimitada del edificio.
Las estrictas restricciones de acceso al Santo Sepulcro, por medidas de seguridad, según la policía israelí, causaron frustración y descontento en especial entre los cristianos palestinos.
Se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes, según testigos.
"Cada año es peor. La policía israelí provoca y trata a la gente como animales. Queremos celebrar la Pascua libremente, sin restricciones, para respetar nuestros ritos y nuestras tradiciones", se quejó Issa Carmi, habitante palestino de la Ciudad vieja.
Numerosos retenes y barreras fueron erigidos en los últimos días para canalizar a los fieles en la Ciudad Vieja, situada en el sector con mayoría árabe de Jerusalén anexionada en 1967.
El patriarca ortodoxo griego, Theophilos III, hizo su entrada solemne encabezando una procesión de monjes y prelados acompañados de personas que llevaban banderas color sangre y oro ilustradas con imágenes de los Padres de la Iglesia.
El patriarca ingresó solo a la tumba de Cristo, cubierto por una sotana negra, y salió con un cirio encendido entre gritos de "Axios" ("Es digno").
El "fuego sagrado" o "fuego nuevo" fue llevado luego en procesión a Belén (Cisjordania), lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, mientras que otra llama debe ser llevada a bordo de un avión hacia Grecia y otros países ortodoxos. La mayoría de los cristianos de Tierra Santa son de rito griego-ortodoxo.
El Santo Sepulcro es administrado por seis Iglesias cristianas: la griega ortodoxa, la católica de rito latino, la armenia apostólica, la copta egipcia, la siriaca ortodoxa y la etíope ortodoxa.
Cada una de estas Iglesias controla una parte cuidadosamente delimitada del edificio.