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El FA, una heterogénea coalición que gobierna en Uruguay desde 2005, obtuvo este domingo un respaldo por encima del 46%, lo que no le asegura la mayoría parlamentaria de la que actualmente disfruta, pero su candidato a la Presidencia, el oncólogo de 74 años Tabaré Vázquez, que fue jefe de Estado de 2005 a 2010, está bien posicionado de cara a la segunda vuelta, el 30 de noviembre.
El Partido Nacional, con su candidato Luis Lacalle Pou, pasó el domingo de la sonrisa a la mueca de conformismo, porque obtuvo al menos tres puntos porcentuales menos de los que le asignaban las encuestas y suma un 31% de los votos.
Esa pequeña diferencia porcentual puede resultar, sin embargo, decisiva de cara a la segunda vuelta.
En principio, los números no alcanzan para que Lacalle Pou enfrente con expectativa de éxito a Vázquez, a pesar del apoyo explícito que hizo a su candidatura el derrotado aspirante a la presidencia del Partido Colorado, Pedro Bordaberry.
Lacalle Pou, un abogado de 41 años, diputado e hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995), apostó por “la positiva” en su campaña y en los días previos a las elecciones las encuestas llegaron a aventurar que podría derrotar a Vázquez en un balotaje.
En un mensaje a sus seguidores el candidato nacionalista afirmó el domingo que la ilusión de llegar a la Presidencia “está intacta”, pero los números parecen contradecirle.
El Partido Colorado, tradicionalmente gobernante en el país y actualmente segunda fuerza de la oposición, sufrió un duro revés, el segundo mayor de su historia, y apenas alcanza un 13% de los votos.
Quienes pueden celebrar su crecimiento son las fuerzas menores.
El democratacristiano Partido Independiente (PI), que actualmente tiene dos diputados, supera el 3% de los votos, lo que le permitiría llevar a cuatro su presencia en la Cámara de Representantes (sobre un total de 99) y, más importante, acceder por primera vez al Senado, integrado por 31 miembros.
El líder del PI anunció que la postura que tomará el partido de cara a la segunda vuelta se definirá en una reunión nacional de delegados la próxima semana.
La recientemente creada Unidad Popular, unión de varios grupos de izquierda radical, con el 1,2% de los votos, ingresaría por primera vez al Parlamento con una banca entre los diputados.
Ese lugar está reservado para el exlegislador Eduardo Rubio, que integró el FA pero lo abandonó por discrepancias internas durante el gobierno de Tabaré Vázquez.
Rubio ya adelantó que en el balotaje optará por anular su voto, para no dar su apoyo a ninguno de los dos candidatos.