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MIAMI (EFE). El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) advirtió que Florence “ha cambiado muy poco” mientras se acerca a la costa de Las Carolinas y se espera que cause “marejadas ciclónicas y lluvias que pongan en peligro la vida humana en amplias porciones de Las Carolinas y estados del medio atlántico”.
Ayer este huracán alcanzó la categoría 4, según el NHC que recibió reportes de un avión “cazahuracanes”. La aeronave logró ingresar al ojo de la tormenta y de ahí los pilotos reportaron que este fenómeno se “había fortalecido rápidamente”.
Además de Florence, en el Atlántico está activo otro huracán, Helene, que perdió ayer intensidad y pasó a categoría 1 al bajar sus vientos máximos sostenidos a 150 km/h en la escala de Saffir-Simpson, de un máximo de 5. El otro sistema en la mira de los meteorólogos es Isaac, una tormenta tropical que arrastra vientos máximos sostenidos de 95 km/h.
Florence avanzaba sobre el océano Atlántico con vientos máximos sostenidos de unos 205 km/h, y podría debilitarse lentamente en la noche de hoy.
De acuerdo con la trayectoria, tocará tierra en los estados de Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia.
Las órdenes de evacuación alcanzan a unas 1,7 millones de personas en esos tres estados, que ya declararon el estado de emergencia al igual que Maryland y el distrito federal, Washington DC, más al norte.
Se prevé que Florence se desvíe hacia el sur en dirección a Georgia, que ayer se sumó a las declaratorias de emergencia en previsión de las fuertes lluvias y marejadas esperadas.
“Es imperativo que todos sigan las órdenes locales de evacuación”, dijo el presidente Donald Trump, que publicó en Twitter un video instando a la gente a “no jugar” con este huracán.
Paraguayos en la zona
El estudiante paraguayo Jhonny Acosta, oriundo de Itá, relató que vive en la ciudad de Rocky Mount, Carolina del Norte, ubicada en la zona de riesgo del huracán. “Las clases están suspendidas. Muchas personas están dejando el campus universitario. Pero yo me quedo. Los estudiantes internacionales estamos en un mismo edificio. Compramos comidas enlatadas y agua”.
Su compañero de estudios, Juan Pablo Vallejo, comentó por su parte que siguen las recomendaciones de las autoridades para abastecerse de equipos y alimentos de primera necesidad.